Acaba de salir de los calabozos de la Policía Nacional y se muestra "consternada" por su detención. Ana, de 50 años, fue arrestada el pasado martes en su vivienda de Argana, en una operación contra el narcotráfico. Asegura que no tiene nada que ver con la droga e, incluso, relata que en su país, Colombia, colaboró con una investigación contra el narcotráfico y, es por ello, por lo que reside en España en calidad de refugiada.
Según su versión, en su país de origen fue víctima del narcotráfico, denunció a los delincuentes y, por ello, la familia incluso afirma que tuvo que huir a España. "Lo de allí sí que era crimen organizado, con apropiación de tierras y testaferros", indica. "Yo sé de esto y la policía se estrelló muy feo conmigo", señala.
Su familia siempre ha defendido su inocencia, desde el mismo momento en el que fue detenida. Incluso uno de sus hijos aseguró que podría haberse visto implicada en este operativo "por otra persona". ". "Mi madre tenía un coche, que se le vendió a un tipo relacionado con la droga. Él no se lo pagó y ella le llamaba, claro, hablando de dinero para que se lo pagara", indicó tras su arresto.
Tras ser liberad, Ana se muestra confusa y sorprendida por su detención y la de su hijo y critica la manera en la que se llevó a cabo la operación policial. "Cuando tocaron la puerta pensé que era mi nuera, hasta que me advirtió mi marido de que era la policía. Salí y me cogió un policía, que me tiró duro y me dijo que yo ya sabía de qué se trataba, me dijo que no me hiciera la lista y me preguntó dónde estaba la droga", cuenta, mientras denuncia que la policía entró en casa de ocho familias, que "dormían tranquilamente". "A mi nieta de dos añitos le quitaron el pañal para ver qué tenía", indica.
Según asegura, la Policía Nacional venía de Madrid "a por 150 kilos de cocaína y dinero". "Y aquí no encontraron absolutamente nada", denuncia, al tiempo que muestra los moratones producidos, según indica, por las esposas, así como un collarín y cardenales en el costado.
Su detención se produjo el pasado martes, después de que los agentes practicaran una redada. Sobre las 9.00 horas, Ana fue esposada y trasladada a los calabozos de la Policía Nacional. "Allí me empezaron a dar náuseas, me mareé, perdí el conocimiento y desperté en el hospital con dos policías a los lados. Estuve unas horas allí y me llevaron otra vez a los calabozos. Pero me volví a encontrar mal y me llevaron al Centro de Salud de Valterra, mientras la policía me decía que tenía cuento", indica.
"Estoy libre de chivos"
Finalmente, Ana fue trasladada de nuevo a dependencias de la Policía Nacional y, posteriormente, declaró ante la juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Arrecife. "La juez me cuenta que estoy acusada de narcotráfico. Declaré porque estoy libre de chivos, quería responderle porque yo no me dedico a actividades ilícitas", sostiene.
Ana asegura que la juez le dijo que la policía había encontrado "recibos de propiedades". "Le conté que tengo alguna propiedad en mi país y que le podía enseñar todos los documentos de compra-venta", señala, al tiempo que reconoce que tiene otro tipo de pleitos en los Juzgados de Arrecife, tanto por el bar que tienen instalado en la casa como por "un tema de alquiler".
Según informa ella misma, puesto que no hay ninguna notificación oficial, ya que la operación está bajo secreto de sumario, la juez le dejó en libertad provisional sin fianza, aunque sigue imputada, ya que debe presentarse cada día 1 y 15 de mes en los Juzgados de Arrecife. "Me están condenando sin juzgarme", lamenta esta mujer, que asegura que será "absuelta de todo este asunto".
Ana subraya que su detención y la de su hijo fueron "injustas" y, por ello, tratará de organizar una manifestación para denunciar esta operación policial. "Esto que me ha pasado a mí le puede pasar a cualquiera", lamenta.
