Luisa Pérez, vecina de San Bartolomé, ha cumplido un siglo de vida. Para celebrar sus 100 años, ha recibido la visita de la alcaldesa, María Dolores Corujo, así como de la concejal de Patrimonio, Rosa Mesa, que le han regalado unas flores en nombre de toda la Corporación municipal.
Luisa les ha recibido "muy bien acicalada para la ocasión", según destaca el Ayuntamiento de San Bartolomé a través de un comunicado. La alcaldesa y la edil han podido compartir junto a esta anciana recuerdos de antaño y decenas de vivencias. Luisa ha hecho alarde de su buena memoria y de sus ganas de seguir viviendo.
Luisa vive en San Bartolomé, arropada por su amplia familia. Cuenta con una extensa estirpe, con 6 hijos, 23 nietos, 11 bisnietos y 1 tataranieto. Además, siempre recuerda a su marido e hijos fallecidos.
Luisa nació en San Bartolomé el día 5 de abril de 1912. Desde muy pequeña su vida estuvo vinculada a las tareas agrícolas. Con tan solo tres años su padre la llevaba a poner piedras en torno a las batateras recién plantadas.
"Fue poco a la escuela porque eran otros tiempos, en los que el concepto de los progenitores era que la mujer estaba hecha para criar a sus hijos, atender las labores domésticas y las del campo y no que las mujeres fueran a la escuela", señalan desde el Ayuntamiento.
Luisa Pérez contrajo matrimonio a los 22 años con Manuel Corujo de León, con quien tuvo13 hijos. Su marido fue funcionario, capatazde vías y obras del Cabildo desde comienzos de los años 50 hasta su jubilación. Estuvo al servicio de la primera institución insular, unos 25 años, gozando de "gran aprecio", ya que en años de penuria económica supo con equidad repartir las "quincenas de trabajo"que se realizaban en las carreteras de la isla.
A pesar de su edad, Luisa conserva bien su memoria. Incluso, se ha atrevido a recitar varios versos a la responsable del área de Patrimonio. Uno de ellos decía lo siguiente: "De encarnado te vestiste, porque de verde no hallaste; encarnado es lo que brilla y lo verde en el campo nace".
Además, a sus 100 años incluso recuerda qué versos le recitó a su marido cuando le declaró su amor. "Manuel, divino Manuel; no te pese haber nacido, que entre todos los Manueles, tú eres mi preferido".
Asimismo, en el transcurso de la celebración de sus 100 años, Luisa también ha recitado otros versos, como los siguientes: "Viva los cabellos rubios, viva los rubios rubiales. Viva los de mi morena, que son rubios naturales"; "Pájaro sepulturero, tú que andas entre muertos, dime dónde está mi padre, que lo busco y no lo encuentro"; "En el día de ayer se fue y en el de hoy ya no se alcanza, el de mañanano sé y así se va la esperanza"; "Canta tú, cantaré yo, boquita de perla fina abre esa boca divina y cantaremos los dos"; y "Qué le dijo el peral a la pera: que las mujeres son bobas que por los hombres esperan".