Jean-Louis Clémendot es un enfermo renal que va a hacer realidad su sueño de cruzar el Atlántico. Zarpará desde el puerto de la localidad lanzaroteña de Puerto Calero este fin de semana con la finalidad de atracar en Martinica, las próximas Navidades.
Es la primera vez en el mundo que un enfermo renal realiza esta aventura, cuya finalidad es "demostrar que la enfermedad renal no es un obstáculo y que puedo seguir viviendo la vida al máximo gracias a este tipo de diálisis", afirma Jean-Louis.
Clémendot estará en contacto permanente con su equipo médico especializado, transmitiendo diariamente sus datos clínicos vía satélite, lo que permitirá que, a pesar de que él navegue en solitario, pueda recibir asistencia a la mayor brevedad posible si existe alguna complicación.
Un tratamiento de libertad
El tratamiento que hace posible esta aventura permite que el líquido se infiltre a través de un catéter de diálisis peritoneal, (el tipo más común es llamado catéter de Tenckhoff). Este catéter se coloca en el abdomen del paciente, corriendo desde el peritoneo y saliendo hacia la superficie cerca del ombligo. Esto es lo que permite al paciente renal no tener la necesidad de acudir a un centro hospitalario para realizar la diálisis, pudiendo realizarse en el hogar o en el lugar de trabajo del paciente, aunque puede hacerse casi en cualquier parte.
Todo lo que se necesita es un área limpia para trabajar, una manera de elevar el bolso del líquido de diálisis y un método de calentar el líquido.
"A pesar de las múltiples ventajas de la diálisis peritoneal domiciliaria", según la Sociedad Española de Nefrología (SEN), "en España sólo el 5 por ciento de los pacientes renales se beneficia de esta modalidad de tratamiento, uno de los porcentajes más bajos de Europa". Es por este dato por lo que Jean-Louis emprende esta aventura para demostrar "que se puede llevar una vida normal", con este tipo de práctica.
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