La veterana compañía teatral canaria presentó el pasado miércoles "La Gran Ilusión", una adaptación del texto del italiano Eduardo de Filippo del que fue testigo el Teatro de Tías

Teatro Tamaska propone la ilusión como pasaporte para cumplir el largo viaje de la vida

La obra ha sido acomodada al contexto canario, situando la trama en las zonas turísticas del Archipiélago a finales de los años setenta, momento de gran auge turístico

28 de octubre de 2005 (17:08 CET)

-Adaptada por Isabel Díaz y dirigida por Carlos Belda, la obra toca temas como el amor, los celos, la magia y la confianza entre las personas y desdibuja con tintes cómicos la frontera entre la realidad y la ficción

-Otto Marvuglia es un ilusionista del tres al cuarto que durante uno de sus espectáculos se presta a hacer desaparecer a Marta, la mujer de Calogero, para que pueda encontrarse con su amante

Amor, celos y magia

La compañía Teatro Tamaska presentó en Lanzarote este pasado miércoles, desde las 21:00 horas en el Teatro Municipal de Tías, la obra "La Gran Ilusión", un texto escrito en 1948 por Eduardo de Filippo sobre temas como el amor, los celos, la magia y la confianza entre las personas.

Los asistentes que adquirieron una de las entrada a precio de 12 euros disfrutaron de un espectáculo dirigido por Carlos Belda, adaptado del texto original por Isabel Díaz, con escenografía y vestuarios de Montserrat Casanova y con los actores Fernando Vecino, Josefa Suárez, Teresa Ávila, y Miguel Ángel Ganados.

La compañía Teatro Tamaska puso en escena una obra que consideran de rabiosa actualidad. Para ellos, la confusión entre realidad e ilusión es hoy constante, debido a la importancia adquirida por las relaciones virtuales entre los seres humanos.

Argumento

El escenario sureño fue testigo por vez primera de una dramaturgia cuyo punto de arranque parte de una anécdota.

Otto Marvuglia es un prestidigitador, ilusionista y mago de poca monta, que durante una representación de su espectáculo, en un hotel de la costa, se presta, por poco dinero, a hacer desaparecer a la bella Marta, la mujer de Calogero, encerrándola en un sarcófago y permitiéndole así encontrarse fugazmente con su amante.

Pero éstos aprovechan la oportunidad y huyen juntos, dejando al mago en la estacada.

La trama de la historia continúa cuando, tras haberse fugado Marvuglia con la mujer de Calogero, el primero trata de convencer al segundo -que es un hombre extremadamente celoso- de que su mujer está encerrada en una pequeña caja, pero sólo podrá abrir la caja y hacer reaparecer a Marta cuando tenga una fe absoluta en ella.

Calogero no se atreve a tal cosa y, así, el mago le hace creer en la eficacia de "su magia", donde el tiempo se ha parado misteriosamente.

Reclamando más tarde la presencia de su mujer en casa de Marvuglia, Calogero es engatusado por el mago para que crea que está viviendo una ilusión, aún dentro del número del hotel, ayudado por la aparición de extravagantes personajes de la vida cotidiana que coinciden en la casa.

En este estado queda el pobre Calogero hasta que, cuatro años después, la mujer arrepentida quiere volver y Marvuglia organiza entonces toda una puesta en escena en casa del marido para hacerla reaparecer, como si no hubiera pasado el tiempo.

Pero Calogero no quiere abrir la caja y rechaza la aparición de la verdadera mujer, prefiriendo vivir para siempre con su ilusión, con su caja cerrada, que representa su fe en la mujer ideal soñada por él.

La compañía

Teatro Tamaska, la veterana compañía canaria de teatro, que ha representado obras como "Amores difíciles" o "La Gran Tempestad", ha optado por adaptar la obra al contexto canario, encargando a Isabel Díaz una adaptación que sitúe la trama en las zonas turísticas de nuestro Archipiélago a finales de los años setenta, momento del auge turístico presente aún en muchos lugares.

Se trata, en definitiva, de una obra divertida y amena, ya que los enredos se van sucediendo entre los personajes hasta que la situación se complica irremediablemente.

"La Gran Ilusión" ha pasado por Lanzarote de la mano del Gobierno de Canarias, a través de la sociedad Canarias Cultura en Red, y del área de Educación y Cultura del Cabildo de Lanzarote, contando además con la colaboración del Ayuntamiento de Tías.

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