El pasado jueves, 1 de noviembre, "Pez en raya" llevó a escena el humor absurdo con un melodrama de soledades

"Sólala" convirtió el Teatro de San Bartolomé en una carcajada

Después de cuatro años de producciones avaladas por crítica y público, y con un notable recorrido internacional, "Pez en raya" volvió a sorprender con el nuevo espectáculo "Sólala", una sesión continua ...

5 de noviembre de 2007 (05:09 CET)
"Sólala" convirtió el Teatro de San Bartolomé en una carcajada
"Sólala" convirtió el Teatro de San Bartolomé en una carcajada

Después de cuatro años de producciones avaladas por crítica y público, y con un notable recorrido internacional, "Pez en raya" volvió a sorprender con el nuevo espectáculo "Sólala", una sesión continua de carcajadas.

Se trata de una apuesta muy actual que mezcla el encanto y romanticismo del cine con el humor absurdo. Un trabajo colectivo que desembocó de manos de Cristina Medina, una actriz a la que definen como "inmensa, pequeña, versátil y capaz de dominar muchas artes". En "Sólala" Cristina es una en muchos, una bailadora de flamenco a ritmo de swing, una mujer sola, sin recursos económicos, con cinco hijos y con su marido en la guerra.

La desdicha convertida en humor

La historia de una mujer, madre de quintillizos, marido en la guerra y un casero que acecha para cobrar el alquiler, a 'priori', no parece que tenga mucha gracia. Sin embargo, el melodrama se reduce en el escenario para hacer de la desdicha un derroche de humor y energía.

La compañía "Pez en Raya" máquina para que Cristina Medina se convierta en muchos. "Sólala" se presentó en San Bartolomé con la actriz como protagonista en soledad, pero capaz de acompañarse de sus mil máscaras interpretativas. De esta manera, asume diversos roles durante la representación y es capaz de dominar diversas artes como el flamenco, el teatro de sombras o la magia.

Una compañía de indefinidos

La denominación de teatro absurdo sirve para nombrar cualquier estilo o nombrar ninguno. Pero en el caso de "Pez en Raya", no hay otra forma de definir su locura, su sentido exacto de cómo construir gags y un ritmo preciso que no decae en ningún momento.

Cristina Medina y Joan Estrader integran la compañía. Ambos fraguaron su formación dramática en Londres allá por 1994, en la escuela Philippe Gaulier. Doce años después, han interpretado juntos una serie de seis trabajos, todos ellos de producción propia. Basados en la búsqueda de un lenguaje propio que se apunta claramente en los primeros montajes, "Carcoma" y "Mercí y me Fui", que se consolida en "Tápate" y que va creciendo con "Pésame mucho" hasta llegar a "Sólala" y "Hot burrito" con más de 400 representaciones en España, Inglaterra e Italia.

Detrás de todo, un trabajo en el que no cabe la rutina. Cada representación es distinta a la siguiente. Cada montaje es una sorpresa dentro y fuera del escenario.

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