La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha formado en Lanzarote a cerca de 1.900 personas en técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar (RCP). La iniciativa, desarrollada mediante una serie de charlas ofrecidas por el Comité de Reanimación Cardiopulmonar del Hospital Dr. José Molina Orosa, se ha enmarcado en el proyecto 'Aprender a salvar una vida', dirigido especialmente a escolares y profesores, aunque también se ha extendido a miembros de las fuerzas de seguridad y de la Armada, bomberos, personal de instituciones sanitarias, vigilantes de seguridad o asociaciones culturales y de vecinos.
La formación se ha llevado a cabo en los institutos de enseñanza secundaria Zonzamas, Blas Cabrera, Las Salinas, Teguise y Yaiza; así como en los colegios de enseñanza infantil y de primaria de Costa Teguise, Antonio Zerolo, Nieves Toledo, Los Geranios, Argana y San Juan de Haría. Esas charlas han tenido una duración de tres horas, incluyendo una parte teórica y, en su mayoría, una parte práctica. Se han impartido a grupos de 20 personas como máximo, "con el objetivo de capacitar al ciudadano en la aplicación de las técnicas básicas de reanimación a una víctima después de sufrir una parada cardiorespiratoria, hasta la llegada de los servicios de emergencias".
"Con ello se ha sensibilizado, entre otras cuestiones, sobre la importancia de que la atención ante una parada cardiorespiratoria sea lo más precoz posible", señalan desde Sanidad. "La supervivencia en una parada cardio-respiratoria depende básicamente de que un primer testigo esté formado en reconocer una RCP e iniciar sus técnicas básicas dentro de las técnicas de soporte vital básico", explican. La existencia de "un buen sistema de emergencias y el conocimiento de la metodología del soporte vital básico por la población en general resulta fundamental", recalcan.
En una nota en la que informa de estos tallers, la Consejería de Sanidad señala que se estima que en España se produce una parada cardiorespiratoria fuera del hospital cada 20 minutos, "ocasionando anualmente un elevado número de muertes que supera en más de cuatro veces a las originadas por los accidentes de tráfico". "La mayoría de estas muertes podrían evitarse", sostienen, agregando que "generalmente el tratamiento se inicia con retraso porque no se activan los servicios de emergencias a tiempo y, sobre todo, porque la población desconoce las técnicas básicas de actuación".
