Una empresa, creada en 2005, a partir de las demandas de algunos propietarios de terrenos agrícolas que requerían a alguien que aportara una asistencia en las labores agrícolas del arreglo de las fincas. En la actualidad, según explica Fernández, "la mayoría de los propietarios de fincas ya no quiere trabajar el campo y no tiene forma de mantener sus cultivos por falta de mano de obra", de ahí que surgiera la idea de crear esta empresa. Su objetivo es poner en funcionamiento y adecuar correctamente aquellas fincas que sus propietarios soliciten.
Ese ha sido el trabajo de un grupo de ecuatorianos que, teniendo en cuenta las costumbres y las formas de hacer las cosas en la isla de Lanzarote y respetando los parámetros medioambientales exigidos por la ley, "han realizado un ordenado y eficaz trabajo de reconstrucción de algunos de los bienes agrícolas de la isla", afirma Marcial.
Wilson Manuel Rodríguez, Walter Castillo Jaya y Juan Antonio Jaya son algunos de los miembros de este equipo de trabajo, además del representante, Jorge Matamoros, que han encontrado una solución, lejos de su país de origen, para ganarse la vida en España. Forman parte de una cuadrilla que desarrolla actividades de fumigación de los campos, poda, recepados, abonos y reconstrucción de las estructuras de los mismos y reconocen sentirse "satisfechos" del trabajo que han realizado en las fincas por las que les han contratado.
"Son personas muy trabajadoras y sistemáticas", les define Marcial, quien pretende que esta iniciativa tenga una mayor difusión en la isla "para conseguir tener mejor cuidados nuestros campos y por tanto los paisajes", dice.
El principal objetivo es el de revitalizar el desarrollo del sector primario, especialmente el de la agricultura en Lanzarote. Pero, por otro lado, en opinión de Marcial Fernández, "las numerosas fincas desatendidas por diversos motivos generan en nuestros visitantes un aspecto y una apreciación desagradable sobre el cuidado de las mismas". La cruzada personal en la que se ha convertido para Marcial la revitalización del campo, también tiene en cuenta a la principal fuente de ingresos de Lanzarote: el turismo. Según Marcial, los visitantes también aprecian y bonifican las condiciones del lugar. "Si los visitantes encuentran nuestros campos arreglados y recuperados apreciarán más la zona" dice Fernández, "es una manera de tener una oferta turística diferenciada más allá del sol y las playa".
Demanda a las instituciones
La "fructífera" labor en el arreglo y embellecimiento del campo lanzaroteño por parte de esta empresa, no es todo lo eficaz posible sin la colaboración de las instituciones, que a juicio de Marcial "deben velar por el mantenimiento del campo lanzaroteño, como bien de interés social, económico y turístico", ya que en muchas ocasiones sirve de reclamo y pantalla visual de la calidad medioambiental de esta isla de cara a su proyección exterior. Pero según denuncia, "en muchas ocasiones el dinero público destinado a la mejora medioambiental de Lanzarote se destina a otros usos que en muchos casos no justifican su inversión".
Para Marcial Fernández, que lleva toda su vida dedicado al campo, y que forma parte de la Asociación de Propietarios Agrícolas de Lanzarote, desde su creación en el año 1993, esto ha llegado a ser casi una cruzada personal por conseguir apoyos y subvenciones de las distintas instituciones tanto de los diversos Ayuntamientos, como del Cabildo, además del Gobierno de Canarias.
En palabras de Fernández, "desde el Gobierno Central y el autonómico hay que revitalizar la agricultura intentando ayudar al campesino, porque en la isla hay alguna producción, pero muy poca". Además, afirma rotundo que "hasta que me lo permita el cuerpo seguiré presentando proyectos allá donde considere oportuno para no dejar morir del todo al sector primario de la agricultura en Lanzarote" asegura Marcial.
Una frase que rezuma optimismo a pesar del difícil momento en el que se encuentra el sector primario de la agricultura en la isla. Abatido por el imparable crecimiento del turismo como principal fuente de ingresos en la isla, el sector que antaño era la piedra angular del sostenimiento de la sociedad conejera ha quedado "relegado por las instituciones a un tercer o cuarto plano" explica Fernández, quien añade que "debería ser una prioridad para evitar un aspecto desagradable de los paisajes de la isla que en ocasiones están abandonados".