El vicepresidente de la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas y delegado de la Infancia y la Adolescencia, José León Hernández, ha asegurado a La Voz que "no hay una sanción directa" para los responsables de los gritos y amenazas contra una árbitra de 16 años durante un partido de juveniles en Costa Teguise. Solo se impondrá una sanción económica corporativa contra el CD Tinajo.
"No hay una sanción para los padres, porque no está acreditado al 100% que hayan sido padres de los jugadores, pero sí que venían de la afición del CD Tinajo", ha señalado Hernández. En esta línea, ha indicado que el club tendrá que pagar una multa económica de 143 euros.
El encuentro de la Liga Preferente en la categoría de Alevín, con jugadores entre los 10 y los 11 años, se dio entre los clubes de Palmeiros de Costa Teguise A. U.D. y el Tinajo A C.D el pasado sábado 4 de mayo.
La colegiada señaló lo sucedido en el acta arbitral al que tuvo acceso La Voz, en este caso recogió que el público visitante del Tinajo A le profirió insultos como "payasa", "gilipollas", "hija de puta", "te debería dar vergüenza lo mala que eres", así como amenazas como "ven aquí que te voy a meter una somanta de palos" o "te espero a que vengas y te doy dos hostias, payasa".
Hernández ha resaltado que los árbitros menores de edad juegan identificados desde el comienzo de la temporada, con un distintivo en una manga, con el fin de que los aficionados sepan que se están dirigiendo hacia un adolescente.
Los árbitros y árbitras menores de edad están protegidos. Ya la Federación resaltó en una circular en agosto de 2023 que esta figura "ostenta una posición de persona digna de especial protección" y se deben "garantizar los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes que disfrutan del fútbol", respetando su "integridad física, psíquica, psicológica y moral".
La forma de actuar según la normativa de la Federación recoge que ante este tipo de casos "la colegiada puede dirigirse al delegado del campo para que trate de que cesen esas actitudes", o solicitarle que "invite a abandonar el campo" a quienes profieren las amenazas. Sin embargo, no existen atribuciones directas a la Federación de Árbitros para que puedan identificar a un aficionado problemático.
En esta línea, desde la FIFLP han asegurado que se han puesto en contacto con la Dirección General de Deportes para que estas sanciones tengan "consecuencias añadidas" más allá de las sanciones económicas al club.
Ante este tipo de casos, la Federación ha añadido que trabajan con "jugadores, federativos y público para evitar que se repitan este tipo de casos". En concreto, en la isla de Lanzarote se dan cuatro casos graves o muy graves por temporada en las cinco categorías de menores que albergua el fútbol insular, según los datos ofrecidos por Hernández.
El abogado Octavio Tophan ha resaltado que "dependiendo siempre del contexto", algunos insultos pueden calificarse como un delito de injurias, contemplados en el Código Penal. "A efectos jurídicos-penales, los insultos pueden ser considerados como expresiones que lesionan la dignidad de otra persona", ha añadido. Así, resalta que estos delitos, tanto el de injurias como el de amenazas, "solo pueden ser perseguidos a instancias de la persona ofendida".
Sin embargo, según explica Hernández, deben ser los padres de la menor los que emprendan acciones legales. "Me consta que hasta la semana pasada no se había hecho", ha indicado el vicepresidente de la FIFLP.
Para concluir, el delegado de la Infancia y Adolescencia de la FIFLP ha resaltado que este tipo de agresiones verbales y amenazas "puede desencadenar el abandono" de los menores de su carrera deportiva.
