Óleo, cera caliente y tintes. Tres elementos que se fusionan entre las manos de Juan Peña y Dolores Herrera. El primero, con su pintura figurativa, pretende reflejar "la energía, la luz y el agua". La segunda, se define como "una artesana que intenta ahondar en diferentes disciplinas manuales". Y juntos, conforman un "Punto de Fusión", en el que complementan sus técnicas e ideas.
El Convento de Santo Domingo acogerá a partir de este jueves una muestra conjunta de ambos artistas. Un gran lienzopreside la nave central del Convento. "Es un homenaje a la gente que está buscándose la vida", explica Juan Peña. "No se puede describir con palabras, es sólo sentimiento, lo sientes o no lo sientes". De esta forma, la crudeza de la inmigración irregular, de todas aquellas personas que llegan en pateras y cayucos hasta las costas lanzaroteñas, se convierte en uno de los temas centrales de esta exposición.
Juan Peña lleva experimentando diferentes estilos pictóricos desde su adolescencia. El artista ha expuesto en varias salas de Lanzarote y Gran Canaria, así como en la península. Discípulo del prestigioso pintor Antonio López, este año ha participado en la Feria de Arte Grenoble, en Francia. Por su parte, Dolores Herrera domina las artes manuales de la marroquinería, el macramé, el calado canario, la pintura en seda y el Batik, una técnica originaria de Indonesia que se utiliza para el pintado de tejidos, mediante la aplicación de cera.
Un punto de encuentro para dos artistas que convierten su talento en armonía.