Llena de emoción pero firme en sus palabras Nieves Abreut fue la encargada de iniciar las fiestas de San Roque de Tinajo en un pregón que gustó a los numerosos asistentes que se concentraron para escuchar a su vecina. Para Nieves Abreut el hecho de ser la pregonera significó tener la posibilidad de difundir y anunciar la buena nueva de la fiesta. "Hoy me siento pregonera que oferta nuestro producto más especial: la amistad, la alegría, la diversión y la convivencia en las fiestas de nuestro patrón San Roque", dijo Nieves Abreut.
Durante el discurso hiló su vida con la biografía del santo, con la que dio paso a sus más tiernos recuerdos de la infancia durante los días de la fiesta para terminar diciendo cuales son, desde su punto de vista, las misiones del pregonero. En primer lugar agradeció al Ayuntamiento que la eligieran a ella para dar inicio a esta edición de las fiestas. De esta manera, se describió a sí misma como una pregonera "humilde y sencilla". Aunque nació en la localidad, a los cuatro años se tuvo que trasladar junto a su familia a Arrecife debido a que se padre comenzó a dar clases en la escuela de artes y oficio. Nieves Abreut destacó su educación marcada por la fe cristiana de sus padres "acrecentada por aquel entonces por el recuerdo de mi pariente cercano, el cura don José Cabrera Carreño (...) más tarde inculcada por dos de mis tías, mi tía Nieves y mi tía Isabel que murieron en Cuba y Sevilla respectivamente consagrando toda su vida a los demás".
Influencia del santo
Nieves Abreut continuó con el relato de la biografía de San Roque. El santo nació en Francia en el 1.300. Ya desde muy niño se distinguió por su corazón piadoso debido a que de chico quedó huérfano y vendió la fortuna familiar para ayudar a los más necesitados. "Vistió de peregrino e inició su viaje a Roma, donde se preocupaba de curar a los enfermos de peste, que en aquellos años asolaba Europa", explicó la pregonera en una parte del discurso que gustó especialmente a los asistentes porque tuvieron la oportunidad de conocer algo más sobre la vida del santo. Así, Nieves Abreut explicó que el continúo contacto con los enfermos provocó que el santo se infectara de una enfermedad mortal y "su cuerpo quedó lleno de manchas y úlceras". Sin embargo, su bondad llegó al punto de que se retiró al bosque para no ser un estorbo y no contagiar la enfermedad a los demás. Para alimentarse, el santo esperaba cada día la llegada de un perro que lo obsequiaba con un pan. "De ahí la leyenda de que quien hace un daño a un perro se trae la antipatía de San Roque para siempre", explicó Nieves Abreut. Finalmente Sn Roque se curó gracias a la intervención de un ángel. Sin embargo, un tiempo después fue confundido con un delincuente y encarcelado por unos soldados. En la cárcel quedaron asombrados con la buena voluntad del joven que finalmente murió un 15 de agosto. Fue el Papa Gregorio XIII el que lo declaró santo en el siglo XVI. Este relato sirvió a Nieves Abreut para asegurar que su vocación por San Roque le viene desde muy temprana edad. De hecho, a pesar de vivir en la capital de la Isla, su familia nunca dejó de asistir a la celebración "caminando, más tarde con el camión de Jiménez y aún más tarde en la guagua Rocío para dar gracias al Santo". Unos viajes con los que quedó grabado para siempre en su mente el ver a sus amigas de la infancia, correr por la plaza, las procesiones, las misas, el olor a ventorrillo o los bailes con timples y guitarras "a los que si íbamos era acompañadas de nuestros padres".
Su arraigo al pueblo que la vio nacer supuso que en 1971, ya con su propia familia, decidiera arreglar la casa de sus progenitores y vivir definitivamente en Tinajo. Por esto, Nieves Abreut aprovechó el pregón para agradecer a todas las personas que confiaron en ella desde un principio cuando fue contratada por el Ayuntamiento como animadora del centro recreativo de la tercera edad.
A continuación la pregonera hizo una mención especial a las personas fallecidas para finalmente ensalzar lo que denominó las misiones del pregonero. En este sentido, habló sobre los mayores "con sus caras satisfechas por el deber cumplido con honestidad", de los jóvenes como "tesoro hermoso que cuando pasa sólo queda el sublime recuerdo del paso del tiempo", de los niños "ajenos a veces a la dura realidad y preocupaciones cotidianas" y el canto a la tierra que lo vio nacer. "Abrir las puertas de sus corazones a la paz, a la amistad y a la alegría" fueron las últimas palabras de esta pregonera que concluyó sus discurso con un viva a San Roque.
