La primera "lanparty" celebrada en Lanzarote ha sido valorada por los organizadores como de "éxito moderado". Tan sólo 30 personas se acercaron hasta la Ciudad Deportiva de Arrecife para participar en esta fiesta de la velocidad en red. Esperaban llegar a unos 40 o 50 participantes, pero la realidad se impuso y se dieron cuenta de que era imposible, porque en estos encuentros cada persona tiene que acudir con su ordenador, y no es usual que los niños tengan un equipo propio, para su uso personal.
Tal y como explicó a este diario Sixto Rodríguez, uno de los organizadores, "normalmente los ordenadores suelen ser de los padres, que son reticentes a sacar el ordenador de su casa, especialmente cuando desconocen este tipo de iniciativas". "El ordenador es una máquina que normalmente tienen los padres para un uso personal y no se saca de casa", si bien existen casos de chavales que han ahorrado para comprarse su propio ordenador.
Rodríguez explicó que "la gente estaba informada de que la actividad se iba a producir, pero no conocían las características exactas, el funcionamiento". A pesar de la escasa participación, esta "lanparty" despertó mucho interés entre los conejeros, y así lo demuestra el hecho de que muchísima gente acudió hasta allí para informarse y para saber cómo funcionaba.
Muchos padres llegaban preocupados por las condiciones en las que se desarrollaba la "lanparty", ya que los menores necesitaban autorización de sus tutores para acudir al evento. "Es como un campamento con ordenadores, en el que los chicos, en lugar de divertirse haciendo rutas por el monte, lo hacen viajando de forma virtual", dijo el organizador.
Una pasión con pocos seguidores en la Isla
La mayor parte de los curiosos que acudieron hasta allí lo hicieron sin ordenador, porque había bastante confusión a ese respecto.
Aún así, los organizadores habilitaron 15 puestos para aquellos que llegaban con las manos vacías pero, según sus propias palabras, eran equipos algo "mediocres" que servían para las opciones más sencillas, como chatear y mirar el correo electrónico, pero sin la capacidad que tiene un ordenador de casa, con los programas instalados para poder participar y jugar en los campeonatos que se organizaron.
Valoración positiva
Sin embargo, Sixto Rodríguez hizo una valoración positiva de la actividad en general, ya que en su opinión "es lo que hay en Lanzarote, teniendo en cuenta la gente de la Isla que tiene posibilidades de participar en estas cosas". La intención es que se repita el año que viene y, en este sentido, el organizador se mostró optimista y aseguró que "poco a poco irá desapareciendo el miedo y las reticencias de la gente hacia estos eventos".
Tal y como recuerda Sixto Rodríguez, "España no es Alemania, donde hay tres ordenadores por casa. Aquí, si hay uno, es un éxito". Cuenta que empezaron a organizar las primeras "lanpartys" en Las Palmas, concretamente en Vecindario, y en esa ocasión acudieron sólo 7 personas. El caso es que ya andan por los 200 participantes, y es que cada año va la participación va creciendo a medida que pasa el tiempo y los ciudadanos se familiarizan con el asunto.
Nos vemos en la red
En estos eventos, los organizadores ofrecen conexión a internet a alta velocidad y mucha capacidad de memoria. En esta ocasión no hubo problemas técnicos y la conexión fue continúa. Los que participaron se quedaron con ganas de más, y es que no todos los días uno puede disfrutar de seis líneas ADSL, con una fuerza de casi cinco megas por ordenador, cuando lo normal es que en casa se tenga, como mucho, un mega.
La "lanparty" de Lanzarote empezó el viernes a las 15:00 horas y terminó el sábado alrededor de las 19:00 horas. Los participantes podían estar allí las 24 horas del día, ya que la organización del evento ofrecía comida y unos colchones habilitados para aquellos que quisieran dormir un rato. Normalmente, los cibernautas comparten información y archivos, aprovechando que están todos en red y que es muy fácil rescatar películas o música, gracias a la velocidad altísima de que disponen.
También hubo competiciones de juegos en red. Los chicos formaron equipos de cinco miembros cada uno y compitieron por un primer premio de 100 euros por persona, un segundo premio de 60 euros, y un tercer premio de 40 euros, también por persona.