Conducía su vehículo cuando una noticia en la radio llamó su atención: "Aparece muerto un madrileño en un armario de una vivienda de Tahíche, en Lanzarote. Vivía con dos polacas". "En esos momentos supe que era mi ex marido". De esta terrible forma se enteró María Paz Martínez del fallecimiento de su ex esposo, quien recientemente se había mudado de Madrid a Lanzarote a vivir con su novia y la hermana de ésta.
Ocurrió en febrero de 2007. Hallaron el cuerpo de Alfonso Fernández Ramos maniatado y su cabeza estaba cubierta con una bolsa de plástico. "Fue asfixiado", relata esta mujer, quien se enteró de este suceso 20 días después de haberse producido. "Alfonso tenía un nombre, un apellido y un ADN. Tenía una familia. ¿Por qué no nos avisó la policía de lo que había sucedido?", se pregunta María Paz, quien culpa a los cuerpos de seguridad de la "nefasta" investigación realizada en torno al crimen de este hombre.
Según su opinión, la policía "no recabó correctamente las pruebas, no cogieron huellas que debía haber en el plástico y en la fosa que habían cavado cerca de la vivienda". María Paz apunta a que las culpables fueron las dos mujeres de nacionalidad polaca que, tras los hechos, huyeron a su país, donde fueron detenidas por la INTERPOL.
Posteriormente, fueron encarceladas en la prisión de Tahíche, en Lanzarote, donde permanecieron reclusas durante ocho meses. "Las soltaron por falta de pruebas", explica. Pide Justicia para que se esclarezca la muerte de su ex marido. "Ellas le mataron y no están cumpliendo por su asesinato", denuncia.
