Perdieron a lo que más querían. Sus hijas, hermanos, padres o amigos aparecieron muertos en extrañas circunstancias en Lanzarote. Les arrebataron la vida y sus familias todavía se preguntan por qué y cómo ocurrió. Sólo les queda exigir justicia, pero ésta, a veces, no complace a quien busca respuestas, a quien quiere ver al presunto delincuente de su allegado en la cárcel.
En Lanzarote, de las ocho muertes producidas en extrañas circunstancias desde 2007, sólo se ha encontrado a dos culpables, el de la dominicana Yuliza Pérez, así como el de otro joven que fue herido de muerte con un palo de billar en un bar de Arrecife. Del resto de los casos, cuatro de ellos se siguen investigando y tres están cerrados, según fuentes policiales.
Lanzarote, que cuenta con casi 140.000 personas censadas en la isla, ha sido testigo de un total de ocho fallecimientos sospechosos en tan sólo dos años. Desde febrero de 2007, cuando apareció muerto un hombre en un armario de la vivienda que alquilaba en Tahíche, hasta mayo de 2009, momento en el que se encontró degollado a un varón en Tías, han muerto en extrañas circunstancias cuatro hombres y cuatro mujeres.
Alfonso Fernández Ramos, Cathaysa Rodríguez, Yasmila Arrocha, Yuliza Pérez, "El Sevilla, Expedita Santana y Victoriano Rivero son los nombres y apellidos que forman parte de este listado terrorífico, además del joven murciano muerto en un bar de Arrecife. Sólo dos personas cumplen condena por este último caso y por el de Yuliza Pérez. En el caso de Yasmila, el militar que acabó con su vida se suicidó poco después de que se encontrara el cadáver, por lo que la Policía Nacional, según el comisario jefe de Arrecife, José Bernardo Monje, cerró la investigación.
Pasan los años y las familias se desesperan. "Necesitamos información", asegura la ex mujer de Alfonso Fernández. Su ex marido fue hallado en un armario de una casa de Tahíche, donde vivía con su novia y la hermana de ésta, naturales de Polonia. Había sido maniatado y asfixiado. Las dos mujeres huyeron a su país y fueron detenidas poco después y trasladadas a la cárcel de Tahíche. Permanecieron ocho meses en prisión. "Luego les soltaron y se acabó", se desespera María Paz Martínez. Fuentes de esta misma familia, explican que de la investigación de este crimen no existe todavía ningún resultado.
Otra muerte que se produjo en extrañas circunstancias es la de Cathaysa Rodríguez, la joven hallada muerta desnuda en un maletero de un coche en Arrecife en abril de 2007. Su desaparición se produjo en noviembre de 2006. Su familia, ayudados por el criminólogo Félix Río, han aportado recientemente nuevos datos a la policía y piden que se retome la investigación. Exigen las pruebas de larvas que se realizaron hace dos años y que, aún, no han recibido. Río cuestiona el trabajo de la justicia en este caso y va más allá. "Tanto en el crimen de Cathaysa como en el de Expedita o en el del hombre de Tías hay un elemento común, su relación con la marginalidad. Creo que merece la pena comparar los tres hechos", apunta.
"No puede ser que la gente se muera y como son indigentes o toxicómanos no se haga más", sentencia. El criminólogo lamenta que fuera la madre de Cathaysa la que finalmente encontrara el cadáver de su hija, tras "haberles dado pistas a la policía sobre el paradero de la chica". "¡Qué recursos puede tener una mujer para hallar el cadáver de su hija que no tengan la policía!", cuestiona. Por su parte, el comisario jefe de la Policía Nacional en Lanzarote indica que "el informe de la autopsia determinó que su muerte no se debió a causas violentas, por lo que la autoría de estos hechos no se relacionó con ningún responsable".
Caso Cathaysa
Estos argumentos no convencen: "Hay que plantearse qué es lo que está fallando o lo que estaba fallando en ese momento", sentencia el criminólogo, quien insiste en que lo que ocurre en Canarias y en las islas menores "es como para tirarse de los pelos".
El caso de Yasmila Arrocha conmocionó también a la sociedad lanzaroteña. Su cadáver presentaba diversos traumatismos en la cabeza como consecuencia de haber recibido fuertes golpes. El sospechoso de haber asesinado a la joven, un hombre de 22 años y soldado del aire, se suicidó después de que la familia encontrara el cuerpo sin vida de Yasmila. "Este caso fue definitivamente esclarecido y la autoría de los hechos correspondió a una persona que se quitó la vida", indica José Bernardo Monje.
Sin embargo, antes de suicidarse, este soldado confesó su crimen a un compañero. "No entendemos por qué este testigo no ha cumplido ninguna pena por no haber informado a la policía de lo que sabía. Fueron los agentes los que descubrieron que conocía que Jasmila había sido asesinada", lamenta su hermano, Lim Arrocha.
En relación del crimen de Expedita Santana, dos personas fueron detenidas. Sin embargo, poco después fueron puestas en libertad. "Se sigue investigando", asegura el director insular de la Administración General del Estado en Lanzarote, Carmelo García Déniz, quien insiste en que también se trabaja en el fallecimiento del hombre de Tías.
Por último, está la muerte del aparcacoches "El Sevilla", que fue hallado en la playa del Reducto rodeado de envases de cartón de vino. La Policía Nacional determinó que "pereció ahogado sin que se detectasen causas violentas, por lo que su fallecimiento no se relacionó con ningún presunto responsable", según Monje, quien pese a todos estos hechos asegura que "Arrecife goza, en general, de un buen nivel de seguridad". "Esto no quiere decir que no sea susceptible demejorar", subraya.
No obstante, a las familias les faltan respuestas y les sobran incógnitas. "En esta isla a nivel político no se le da bombo y platillo a estos hechos. No puedo entender cómo en una isla pequeña aparecen tres personas muertas y no hay personas encarceladas", sentencia Río.