Los lectores de LA VOZ opinan que los intereses personalistas y partidistas acabarán con el nacionalismo canario

El nacionalismo canario está más dividido que nunca. Este hecho, que durante el último año se ha confirmado como una dinámica seguida prácticamente por todas las formaciones nacionalistas del Archipiélago, es más patente en ...

11 de agosto de 2005 (01:21 CET)

El nacionalismo canario está más dividido que nunca. Este hecho, que durante el último año se ha confirmado como una dinámica seguida prácticamente por todas las formaciones nacionalistas del Archipiélago, es más patente en Lanzarote que en las demás islas de Canarias. Tras la elecciones municipales de 2003 el nacionalismo no ha dejado de sufrir importantes convulsiones que ha dejado el espectro de algunas instituciones públicas casi co tantos partidos políticos representados como personas conforman la entidad. Un claro ejemplo en la Isla de los Volcanes es el Ayuntamiento de San Bartolomé, que cuenta con nada menos que cuatro formaciones nacionalistas entre sus concejales.

En los dos últimos años el partido con más presencia en la Comunidad Autónoma, y el que además ostenta la presidencia del Gobierno de Canarias, Coalición Canaria, sufrió divisiones internas en cascada que provocaron la salida de numerosos militantes de la formación, así como de varias formaciones políticas que formaban parte de la agrupación. El Centro Canario Nacionalista (CCN) y el Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL) salieron de Coalición de forma íntegra, mientras que mucho otros militantes, la mayoría de ellos de Gran Canaria, bajo la batuta de Román Rodríguez, formaron una nueva agrupación de signo progresista, Nueva Canarias (NC).

Por su parte, el Partido de Independientes de Lanzarote (PIL), que lleva muchos años cosechando buenos resultados electorales en Lanzarote, sufrió este año la mayor crisis política de toda su historia, con permiso de aquella ocasión cuando Juan Carlos Becerra abandonó la disciplina de Dimas Martín para formar el Partido Nacionalista de Lanzarote. Como resultado de la grave división interna de los insularistas a raíz de la moción de censura contra María José Docal, un nuevo partido nacía hace escasos días en la Isla de los Volcanes, Asamblea por Lanzarote (APM).

Si a estas formaciones sumamos otras tantas partidos nacionalistas que hay en el panorama de Lanzarote de cara a las próximas elecciones municipales, como pueden ser sólo en nuestra Isla el Partido Nacionalista Canario (PNC), Asamblea Conejera, Congreso Nacionalista Canario, amén de otras agrupaciones minoritarias que proliferan en las demás islas, algunas de signo independentista, como lo pueden ser los radicales de Frepik Awañak, los canarios se pueden hacer el lío padre a la hora de votar en las próximas elecciones.

La edición digital de LA VOZ, a la que los lectores de nuestro diario pueden acudir a través de la página web lavozdelanzarote.com realizó la semana pasada una encuesta en la que se preguntaba a los lectores por el futuro del nacionalismo canario ante tantas divisiones y desacuerdos.

En este sentido, un 70 por ciento de los lectores han estimado que por anteponer los intereses personales y las luchas de poder se va a producir un batacazo espectacular del nacionalismo en las próximas elecciones que beneficiará a los partidos nacionales. Cierto es que ante tanta división, lo que sí podría suceder es que la mayoría de los votantes nacionalistas se queden en casa o bien den su voto útil a uno de los dos grandes partidos. De un total de 485 participaciones, 343 votos fueron en este sentido, lo cual indica una gran decepción de los conejeros con los nacionalistas e insularistas de panorama político actual, pero también podría indicar la preocupación que tiene la gente por el futuro de los defensores de los intereses regionales de la Comunidad, ante lo que se podría calificar como la mayor crisis del nacionalismo desde que el Partido Popular arrebatara el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a Coalición Canaria en 1995.

Un 17 por ciento de los encuestados opina, sin embargo, que las formaciones finalmente verán las orejas al lobo y terminarán juntándose todos los partidos en una o dos grandes alianzas que aglutinen el actual batiburrillo. Un total de 84 personas optaron por esta opción, mostrando su esperanza de que la cordura se imponga finalmente, aunque también podría producirse el efecto contrario al perder legitimidad todas las divisiones que se hayan dado hasta el momento. El votante podría negarse a votar por formaciones que se juntan tan sólo para sacar rentabilidad a unas siglas dominantes, a sabiendas que un proyecto de esta índole no ofrecería garantías de eficacia ni de un posicionamiento ideológico claro de cara a la formación de grupos de gobierno estables.

De esta opinión son un cuatro por ciento de los lectores, que estiman que "cada uno está ahora donde debe estar. Era necesario que se produjera la división, porque el nacionalismo canario es complejo y requiere de matices ideológicos".

Pero queda aún una cuarta opción, la elección de aquellos que creen ciegamente en la victoria final del nacionalismo, a pesar de todos los problemas. Un siete por ciento de los encuestados optaron por la opción según la cual "el nacionalismo canario terminará triunfando aunque ahora se encuentre en el peor momento de su historia".

La huelga de aeropuerto

Esta semana LA VOZ está haciendo en su edición digital una encuesta relacionada con la grave situación del aeropuerto por la huelga de trabajadores del handling. De momento, 76 navegantes han participado en el estudio. Se pregunta a los lectores sobre quién tiene la responsabilidad de la huelga del aeropuerto.

Un 58 por ciento de los encuestados responsabilizan a los trabajadores del handling, afirmando que éstos eligen el peor momento posible para hacer las protestas sindicales. Por otra parte, un 19 por ciento echa la culpa a los políticos y empresarios "por ser incapaces de hacer nada para resolver los problemas", mientras que un 16 por ciento responsabiliza a AENA.

Y aquellos que tienen más sentido de humor que otros han optado por la respuesta según la cual la culpa es de "nuestros competidores turísticos, que no se sabe cómo consiguen que Lanzarote esté siempre en el ojo del huracán".

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