Fotos: Sergio Betancort
Diego de la Cerda, un vecino que reside en una vivienda en la Circunvalación de Arrecife, ha presentado una demanda ante los Juzgados de Arrecife, solicitando la suspensión de una obra, ya que teme quedarse sin acceso a esta carretera. "Lo tienen todo preparado y en cuanto me despiste echan el hormigón y me cierran el acceso a la Circunvalación", asegura.
Este hombre reside en una vivienda muy cercana a la gasolinera que se ubica en la Circunvalación, a escasos metros del acceso a la LZ-2, en dirección Costa Teguise-Arrecife. Para poder acceder a su casa, debe entrar por esta estación de servicio, coger el carril de aceleración y, ahí, cuenta con unas líneas discontinuas para entrar en su casa. Para salir, también tiene que tomar este carril y hacer un ceda al paso para incorporarse a la Circunvalación.
Desde este lunes teme que la empresa adjudicataria de las obras de la Circunvalación le cierre este acceso y asegura que ya está "todo listo" para "echar el hormigón" y levantar un muro. Por ello, ha colocado su vehículo en este paso para evitar que lo cierren.
Acceso "no autorizado", según el Gobierno canario
Desde el Gobierno de Canarias señalan que en esa zona no consta "ningún acceso autorizado" y que es necesario instalar este muro porque así lo exige la normativa. Sin embargo, el afectado afirma en su denuncia que es un acceso "lícito y autorizado", por lo que pide que se suspendan las obras.
En su demanda ante los Juzgados, este vecino asegura que la empresa ha iniciado unos trabajos en el camino a su propiedad, "que consisten en la eliminación de esa calle de acceso y el levantamiento de un muro que privará por completo del derecho de acceso a su vivienda". Si se cierra este paso, Diego de la Cerda no podrá salir "por ningún lado", ya que detrás de la casa solo hay "campo" y, además, es una "propiedad privada".
En la demanda insiste en que cuenta con una autorización de acceso de la estación de servicio, creando el camino a la vivienda, de fecha 2 de diciembre de 1997. Además, asegura que lleva más de una década entrando por esta zona a su finca. "Tardé casi diez años en poder entrar por ahí, hasta que un juez dijo que se abriera el acceso y Obras Públicas del Gobierno de Canarias lo abrió hace unos 15 años", explica.
"Esto es una injusticia y una pena"
Este vecino afirma que incluso fue a pedirle una reunión al presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, para explicarle su situación, pero "no tenía tiempo". "Díganme ahora qué hago y cómo entro en mi casa. Esto es una injusticia y una pena", lamenta Diego de la Cerda, que vive en esta finca junto a otras 12 personas.
Tanto en la fachada de la vivienda como en las vallas colocadas con motivo de las obras, cuelgan distintos carteles en los que este ciudadano explica su protesta.
