Los desajustes en las temperaturas que se vivieron el pasado verano y que se prevé habrá durante los próximos meses aconsejan tomar un conjunto de medidas para evitar posibles problemas de salud derivados del calor. En lo que respecta a los baños de sol lo más recomendable es evitar las horas centrales del día, esto es, desde las doce de la mañana hasta las seis de la tarde. "También hay que llevar sombrero de ala ancha o sombrilla, gafas de sol que hay que comprar en las ópticas y cremas de protección de un factor alto", explicó el doctor Fernando Jiménez. De hecho, mientras que antes se aconsejaba una protección factor 20 ahora se recomiendan las de niveles más superiores que pueden llegar al factor 60. Hay que tener en cuenta que en la playa el sol quema de forma directa pero también lo hace a través del reflejo en el mar.
En los días de calor, cuando se sale a la calle, lo mejor es caminar por las zonas de sombra "aunque esto suponga andar más", dijo el doctor. Además, lo mejor es llevar ropa ligera, de colores claros y transpirable. En el caso de ir en coche, lo más recomendable es no permanecer mucho tiempo aparcado al sol. De ahí la importancia de utilizar las sombrillas interiores. Además hay que dejar que el vehículos se enfríe antes de subir y usar sistemas de ventilación para refrescar.
En el hogar
Lo mejor que se puede hacer para tener la casa fresca es mantener las ventanas cerradas y las persianas bajadas durante el día. De esta forma sólo se deben abrir por la noche para ventilar ya que es el momento en el que la temperatura ya ha descendido. Si es necesario también se recomienda utilizar aparatos de refrigeración que, en el caso de ser ventiladores, tienen que ser móviles porque los fijos no bajan la temperatura. También es bueno ducharse con cierta frecuencia con agua fresca.
Durante estos meses hay varios grupos de riesgo. Por un lado están los niños que tienen menos fuerza para soportar las altas temperaturas. Por ello, lo mejor es no dejarles salir a la calle en las horas centrales y mantenerlos hidratados "aunque no tengan sed", puntualizó Fernando Jiménez. En cuanto a los ancianos, también es importante que beban grandes cantidades de agua. Hay que tener en cuenta que en su caso el hecho de padecer enfermedades, sobre todo si son de carácter crónico, multiplica los riesgos. Además es conveniente fijarse en los medicamentos que también pueden alterarse por el calor. En estos casos se aconseja guardarlos en la parte baja de la nevera para que no tengan ningún tipo de problema. Por último los deportistas, que deben tener en cuenta las especiales condiciones bajo las que en las próximas semanas realizarán sus ejercicios. En este sentido deben beber mucha agua y saber cuales son las horas más propicias, ya que no deben salir a la calle en las horas centrales. A esto hay que añadir que si la humedad relativa es de un alto porcentaje las consecuencias pueden ser nefastas.