La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Salud Pública, ha informado de que durante el año 2012 se han detectado casos aislados de intoxicación alimentaria por ciguatera en Lanzarote, relacionados con el consumo de pescado que no había pasado por los puntos de venta oficiales.
La Administración regional asegura en un comunicado que está controlando "estrictamente" que no salgan de los puntos de venta pescados afectados por este tipo de alga.
En el primer brote se notificaron 10 afectados que iniciaron los síntomas entre el 28 de enero y el 28 de febrero de 2012, tras consumir un plato de pescado de la especie medregal en dos restaurante locales. Los casos presentaron síntomas digestivos (vómitos, diarreas y dolor abdominal) varias horas después; y posteriormente mostraron parestesias, sensación térmica paradójica y mialgias.
En el segundo brote tuvo lugar en los primeros días de abril, cuando se notificó una posible intoxicación alimentaria por ciguatera que afectó a seis personas residentes en Lanzarote. Todos tienen el antecedente de consumo de medregal en un restaurante local, señala el Gobierno regional.
Actualmente la investigación de ambos brotes sigue abierta y el Gobierno de Canarias abrirá expediente informativo y estudiará las sanciones que corresponda.
Dos brotes en 2009
Durante el desarrollo de la investigación de un brote de intoxicación alimentaria por ciguatera se realiza una investigación alimentaria completa para obtener información de la fecha y lugar de captura del pez, su procedencia, peso y tamaño, lugar de distribución o venta del mismo.
Es fundamental en todos los casos localizar y recoger una muestra del ejemplar consumido por los afectados para analizarla en el laboratorio con el fin de detectar la presencia de la ciguatoxina, e inmovilizar los restos del pescado implicado, si los hubiera, para evitar su consumo.
En el año 2009, a raíz de la detección de dos brotes autóctonos de ciguatera, la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud puso en marcha el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de la Intoxicación por Ciguatera en Canarias (Sveicc), como un sistema especial de la Red Canaria de Vigilancia Epidemiológica, recuerda la Administración.
El SVEICC se basa en la declaración obligatoria y urgente de todos los casos que son atendidos en la red asistencial con síntomas compatibles (casos sospechosos), y en la recogida de los datos epidemiológicos básicos del caso en una encuesta epidemiológica específica.
Además, la Dirección General de Salud Pública, en colaboración con la Viceconsejería de Pesca, mantiene un Programa Oficial de Control de Ciguatera con el fin de detectar la presencia de esta toxina en el pescado que llega a los puestos de primera venta en Canarias.
La Institución canaria indica que la comercialización ilegal de pescado procedente de la pesca no profesional y que no pasa por los controles sanitarios puede propiciar que ejemplares contaminados por la toxina lleguen al consumidor.
El sabor del pez no se altera
La ciguatera es propia de mares tropicales y subtropicales, y prolifera en zonas de arrecifes coralinos. La intoxicación por ciguatera puede producirse tras la ingesta de cualquiera de las más de 400 especies de peces de los arrecifes tropicales, donde un microorganismo del plácton (un dinoflagelado) produce la ciguatoxina, que es ingerida y se acumula en la carne del animal marino.
Los peces más grandes, de más edad, son más tóxicos. El sabor del pez no se altera, y no se conoce ningún método de congelación o cocción que proteja de la intoxicación. Los síntomas aparecen de una a varias horas después de la ingesta. El cuadro característico dura alrededor de ocho días, e incluye retortijones, diarrea, náuseas y vómitos; dolor de cabeza, de músculos, y de articulaciones; picor generalizado; inversión de las sensaciones de calor y frío; dolor en la cara; sensación de pérdida de los dientes; hormigueo o quemazón de extremidades: entre otros aspectos, que pueden repetirse durante meses después de la intoxicación.
Sanidad advierte de que no existe ninguna prueba analítica que confirme el diagnóstico en el paciente y que la confirmación solo es posible si se detecta presencia de ciguatoxina en el análisis del pescado consumido por los afectados.
Se considera una incidencia mundial de 50.000 casos al año, principalmente en zonas donde es común el consumo de peces de arrecife, como Australia, el Caribe, sur de Florida y el Pacífico Meridional.
En Europa se han descrito casos relacionados con viajes a países caribeños o con el consumo de peces exóticos en restaurantes étnicos. En Canarias se han detectado ocho brotes en los últimos años relacionados con el consumo de ejemplares de la especie medregal.
ACN Press