Fotos: Sergio Betancort
La procesión marítima en honor a Nuestra Señora del Carmen puso fin este domingo a las fiestas del barrio arrecifeño de Valterra.
Poco antes de las 18 horas, la imagen de la Virgen llegó desde la Iglesia hasta la explanada del Hospital Insular, donde fue recibida por los mayores internos en la residencia geriátrica y sus familiares, así como por los numerosos feligreses que la acompañaron desde el templo. Cuando la imagen de la Virgen hizo su aparición, se escucharon aplausos entremezclados con los vivas y los estruendosos explosivos de las tracas.
A continuación, y presidida por el párroco de Valterra, José Antonio Gallego, comenzó la celebración de la Santa Misa, que en esta ocasión estuvo cantada por el grupo musical Alborada Peña del Lentisco, dirigida por José Cruz. Además, antes de finalizar la misa, una señora le dedicó una poesía a Nuestra Señora del Carmen.
Acto seguido se puso en marcha el cortejo procesional, encabezado por la Banda de Música La Unión Musical, dirigida por el profesor Alfonso Duo Cabezón, con dirección al Muelle de Puerto Naos. Cuando la imagen de la Virgen llegó junto al monumento dedicado a los marineros fallecidos en el mar 'La luz que nos Guía', hizo una parada y, junto a la otra imagen que permanece en el monumento y en su honor, el coro Iris del Mar de Valterra y la coral El Cribo Canta cantaron a las vírgenes.
Recorrido por el litoral
La procesión continuó hasta el muelle, donde la imagen de Nuestra Señora del Carmen fue embarcada a bordo del 'Yaiza Décimo', barco propiedad de la empresa Yaiza Atún, entre toques de las sirenas, pitas de los barcos, tracas, aplausos y vivas. Acompañada por otras pequeñas embarcaciones, recorrieron el litoral de la bahía de Arrecife y al llegar a la altura del viejo muelle comercial, todos los barcos participantes pararon sus motores y unidos al que transportaba a la Virgen rezaron una oración arrojando flores al mar en memoria de los marineros fallecidos.
Una vez finalizado el homenaje, la comitiva marinera puso de nuevo rumbo a Puerto de Naos, donde esperaban muchos fieles para acompañar a la Virgen hasta la Iglesia. Un magnífico castillo de fuegos artificiales llenó el cielo de colores antes de que la imagen entrara en el templo, poniedo así el punto y funal a las fiestas en honot a la patrona de los marineros.