La COSAL sigue firme en su propósito de representar y defender los derechos de los saharauis y realiza una campaña de concienciación en Lanzarote

Arturo EscardaAlgunos hombres nunca dejan de luchar. Quizás ya nos suene algo lejano a los occidentales los históricos logros de generaciones pasadas para que todos nos pudiéramos sentir libres y dignos como ...

26 de junio de 2005 (12:22 CET)

Arturo Escarda

Algunos hombres nunca dejan de luchar. Quizás ya nos suene algo lejano a los occidentales los históricos logros de generaciones pasadas para que todos nos pudiéramos sentir libres y dignos como pueblo, pero en innumerables partes del mundo la lucha para superar la dependencia y la humillación sigue siendo de acuciante actualidad. Puede que nuestros políticos tengan a bien recordar a quién corresponde la responsabilidad de la mayoría de las guerras de lo que algunos llaman Tercer Mundo. ¿No sería más correcto llamarlo territorio desocupado? Ya pocos se acuerdan que fue la mal hecha demarcación de fronteras entre los países descolonizados lo que ahora ha convertido esa parte olvidada del planeta en una continua sangría, en la que unas personas matan a otras por un trozo de tierra mal incluido por las metrópolis en una u otra demarcación territorial.

Así es el conflicto del Sahara Occidental. Una mala descolonización y la falta de interés de la ONU y sobre todo de Estados Unidos, en su condición de aliado estratégico de Marruecos y dueño y señor de la política internacional, por defender hasta las últimas consecuencias el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui es lo que ahora nos lleva a hablar de la violación de la dignidad de un pequeño y sufrido, pero orgulloso pueblo.

La Comunidad Saharaui de Lanzarote (COSAL) es una de esas organizaciones que sigue firme en su empeño de concienciar a los españoles y a los lanzaroteños, en este caso concreto, para que el pueblo que durante décadas ha sido como un hermano para los saharauis se rebele contra los políticos que con tan mala mano dirigen los destinos del país y del mundo para que de una vez por todas resuelvan una histórica injusticia. Aunque algunos hombres nunca dejan de luchar. Uno de ellos es Alí Salem Tarek, preso de conciencia saharaui al que ni sus cuatro estancias en las cárceles marroquíes, ni las 17 huelgas de hambre, ni las torturas ni las humillaciones pudieron doblegar en su voluntad de luchar por la libertad y la independencia de su gente. La COSAL ha traído a Tarek hasta Lanzarote para que transmita a los conejeros el llamamiento desesperado de todo un pueblo.

Tarek estuvo en la redacción de LA VOZ y relató la cruda realidad que están viviendo los saharauis en el territorio ocupado por Marruecos, sobre todo desde que el pasado mes de mayo el pueblo se levantara en una intifada pacífica contra la ocupación. La situación que desde entonces viven las ciudades de la parte ocupada del Sahara Occidental se ha vuelto insoportable. Las mujeres son apaleadas y violadas por los soldados marroquíes, los hombres que se pronuncian o se hayan pronunciado en alguna ocasión a favor de la independencia son perseguidos casa por casa y el número de desaparecidos no deja de crecer.

LO MAS LEÍDO