La Asociación Profesional de Escuelas y Centros de Buceo Recreativos (Buco) ha salido en defensa de la actividad que realizan estas empresas en la isla, después de que la Guardia Civil hiciera público este miércoles que ha denunciado nueve infracciones en distintos centros de la isla.
"Es normal que cuando se llevan a cabo este tipo de inspecciones de control se encuentre algún tipo de infracción, ya sea de tipo administrativo o de seguridad en el buceo, más teniendo en cuenta el alto volumen de centros autorizados que hay en Lanzarote", señala la asociación. Al respecto, precisa que Buco cuenta con 30 centros asociados de los 35 que hay en total en Lanzarote, que es "la isla con más centros de buceo autorizados de todo el archipiélago canario".
"El sector del buceo en Lanzarote cuenta con unos niveles de calidad y seguridad excelentes, los cuales se ven reflejados en el alto nivel de turismo de buceo que nos visita cada año, y que nos sitúa como referente de la actividad a nivel europeo", defiende la asociación, que resta así importancia a esas denuncias.
Falta de autorizaciones, de informes y de revisiones en los equipos
Además, asegura que actualmente todos los centros integrados están autorizados por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, aunque añade que "la apertura de un centro de buceo en Canarias está supeditada además a otras autorizaciones, e implica a distintas Consejerías o Entidades Públicas", como Pesca, Turismo, Industria y Fomento. De hecho, tres de las nueve denuncias que realizó la Guardia Civil fueron por no poseer la autorización que emite la Viceconsejería de Pesca del Gobierno de Canarias para la apertura de centros de buceo, así como por no poseer ni rellenar los libros oficiales de control de equipos y clientes.
Además, según informó la Guardia Civil, entre los incumplimientos en algunos de los centros también detectaron que un compresor no había pasado la correspondiente inspección periódica quinquenal; que no se habían presentado informes escritos del resultado de la revisión y comprobación anual; que no se habían presentado certificados de la inspección visual anual en las botellas de buceo; y que un trabajador que iba a hacer una inmersión no tenía el correspondiente reconocimiento médico en vigor.
"Desde Buco apoyamos la labor llevada a cabo por el grupo GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas), como garantes para mantener los estándares de calidad con los que cuenta la actividad del buceo, y para mantener a raya el intrusismo en el sector", añade la Asociación, que apunta que "este tipo de inspecciones han existido siempre, con la salvedad que este año ha trascendido a noticia".