A veces, aunque las familias pongan todo de su parte para evitar conflictos en plena Navidad, las tensiones pueden llegar a ser tan insoportables que lo mejor es encontrarse una excusa para abandonar rápidamente la reunión. "Cuando la cosa se ponga tensa, nos debemos retirar momentáneamente con excusas sencillas como fumar, ir a la cocina o echar un vistazo a los niños", aconseja la terapeuta familiar Alicia López.
Lo que no hay que hacer bajo ningún concepto es "permanecer alimentando el conflicto". Sin embargo, sí que se recomienda "dejar que intervengan los miembros neutrales de la familia para que den un giro a la conversación".
Si ni con esto funciona y, por el contrario, sigue aumentando la tensión, la única solución será abandonar la mesa navideña. "Marcharnos bruscamente sólo debemos hacerlo cuando ya sea irreversible el conflicto. Es más conveniente manejarlo para futuras situaciones", indica López.
Pero, más allá de los conflictos, la psicóloga asegura que "la presión por pasar un día agradable o pretender que todo salga bien sin ningún contratiempo a veces puede jugar una mala pasada". "Debemos no idealizar este periodo del año y plantearnos expectativas acordes a nuestra realidad familiar", manifiesta.
