Este lunes 23 de julio tu cuerpo y tu mente se apagaron.Ya no disfrutaremos de tu cuerpo bonachón ni de los amplios y variados conocimientos de tu mente. Pero dejaste lo más importante, aquí quedaron las obras de tu sabiduría. Sabiduría que fundamentalmente es amor, y ambas son cosas del alma. Y el alma perdura. No se apaga.
Pedro, desde tu nueva dimensión, tu estratosfera, vigila que tu esposa, tus hijos, tu nieto, hermanos, sobrinos, tu entrañable tía Irene y tus amigos, no nos salgamos de nuestro propio camino de sabiduría, que aunque es estrecho y angosta la puerta de la metafinal, que tú cruzaste ayer, nos reunamos con la Sabiduría Suprema: el Alfa y el Omega, nuestro origen y destino, con Dios en definitiva.
Dr. Naverán, tú eres sabio. Tú alcanzas y tocas sin dificultad el corazón de las personas, sufrientes y no-sufrientes. Tú eras experto en practicar la Medicina 3, la Medicina del cuerpo, de la mente y del espíritu. Tú me alumbraste para que encontrara mi propio camino de sabiduría. Soy principiante y discípulo tuyo en la práctica de la Medicina 3, vigila para que no me salga de mi camino. Total, si se me olvida, me vas a dar un galletón.
Hoy no me despido con un hasta mañana, simplemente te digo hasta luego.
Tu compañero y sobre todo amigo
Aurelio Camarero