El lanzaroteño de 75 años que falleció en la noche del martes en el Hospital Morina Orosa no tenía finalmente Covid-19, pese a que había sido contabilizado como la cuarta muerte en la isla vinculada a esta enfermedad.
Según ha aclarado la Gerencia del Hospital, contabilizaron este caso como positivo por los síntomas que presentaba, pero finalmente el resultado del test, que se ha conocido tras el fallecimiento, ha descartado la presencia de este virus.
El hombre, tal como también se había informado, sufría una patología previa grave, que finalmente habría sido la que desencadenó el fallecimiento, al complicarse con una neumonía.
Esa neumonía fue la que llevó a convertirle en un paciente sospechoso de Covid-19, y a que desde el centro se vinculara su muerte a esta enfermedad. Sin embargo, aunque desde el Hospital precisan que no es lo habitual, en este caso después la prueba ha dado negativo.