Fotos: Sergio Betancort
Los vecinos del pueblo Mácher iniciaron las fiestas en honor a su patrón San Pedro con la lectura del pregón Acto que se celebró a las 20:30 horas de este lunes en el salón del C.S.C. Guardilama de Mácher. El honor de pregonar las fiestas de este año fue para la vecina Blanca Bonilla Paz, quien desde hace muchos años reside en la isla de Tenerife, pero siempre ha mantenido los vínculos con su pueblo.
Blanca realizó sus estudios primarios en la escuela de La Asomada y los de Bachillerato en Arrecife, trasladándose luego hasta La Laguna para continuar con los estudios en la Universidad, donde obtuvo la Licenciatura de Matemáticas en 1972-1977. En el año 2000 obtuvo el grado de doctor por la Universidad de La Laguna y en el año 2003 la plaza de Catedrática de Escuela Universitaria.
Bonilla comenzó su pregón con unos breves pero interesantes datos históricos sobre la conquista de Lanzarote, llevada a cabo por Jean de Bethencourt; además de unas pinceladas sobre las erupciones volcánicas acaecidas en la isla en los años 1730-1736.
Tocando ya más de cerca a su pueblo de Mácher, recordaba cómo el vecino pueblo de La Asomada olía a cebollas mientras Mácher se presentaba como una auténtica alfombra verde por las ramas de los tomateros. Unos tomates con un sabor único y que daban un toque diferente a las ensaladas. También Blanca tuvo muy presente la estampa que le tocó vivir de las largas colas de camellos y burros junto al molino de Mácher, cargados con los sacos de millo tostado para luego convertirlo en el rico gofio que perfumaba al pueblo. Y echando la vista atrás todavía visualizaba los enarenados donde se cultivaba la cebada, el trigo o las arvejas, entre otras muchas legumbres; sin olvidar las sandias, piñas y melones.
Blanca recordaba como la víspera de San Pedro se encendía el horno para hacer el pan y los dulces; aquellos ricos mantecados, mimos o bizcochones y como olía el horno. El día de San Pedro tocaba estrenar vestido nuevo y los vecino se ponían en camino hacía la antigua ermita, donde les esperaba San Pedro con su gran calva, las llaves en sus manos y su túnica de pálidos colores.
En Mácher queda su molino como símbolo y el santo patrón
Blanca, rememorando todas aquellas vivencias, se paró mirando detenidamente todo el entorno en el que vivió y viendo cómo el camino que va a La Vegueta hoy está asfaltado; la carretera de Yaiza al Puerto del Arrecife con sus rotondas, la de Capitas y la del Volcán. Mira las casa que las circundan y sólo reconoce unas cuantas y realmente no sabe quiénes son sus habitantes porque el pueblo ha crecido mucho.
Blanca hoy día echa mucho de menos que ya no hay alfombras verdes, ni sementera en las tierras de la costa, ni pájaros. La Asomada ya no huele a cebollas, Mácher tampoco huele a gofio, ni la víspera de San Pedro huele a pan y a dulces en el horno y con mucha nostalgia señala: ¡cómo ha cambiado todo!
Pero en Mácher queda su molino como símbolo y el santo patrón, San Pedro al que los vecinos siguen festejando cada año y manteniendo así la tradición. El pueblo ha cambiado pero el espíritu sigue vivo. Así finalizó Blanca Bonilla Paz su pregón en honor a San Pedro en esta edición 2017.
El alcalde de Tías, José Francisco Hernández, le hizo entrega de una escultura como recuerdo y Juana Saavedra en nombre de la comisión de fiestas le entregó un ramo de flores. A continuación la escuela de música del municipio de Tías, dirigida por el profesor Juan Manuel Reyes, interpretó varias canciones con raíz canaria. El acto finalizó con un brindis para todos los asistentes ofrecido por la comisión de fiestas.