Ya se acabó el verano. No sólo para los miles de trabajadores que desde el inicio de septiembre están volviendo de forma gradual a la rutina laboral, sino también para innumerables estudiantes que a partir de la pasada semana se van incorporando a las clases. Dura es la tarea de volver a los centros educativos tras tres meses de vacaciones, pero muchos son los padres que se alegran de que sus retoños por fin abandonen las casas, al menos por unas horas de la mañana.
Los chinijos, aunque resulte a veces difícil de creer, también se enfrentan a una especie de síndrome postvacacional, aunque indudablemente la capacidad de adaptación con la que cuentan es envidiable para el resto de los mortales. No obstante, hasta los más pequeños necesitan de un período de adaptación para sobrellevar la vuelta a las responsabilidades académicas.
Fernando Jiménez García, destacado médico lanzaroteño, relató ayer en Radio Lanzarote las difíciles circunstancias a las que se enfrentan los más chicos a la hora de la vuelta al cole. Asimismo, el doctor explicó las medidas que han de ser tomadas por los padres para hacer más llevadera la adaptación de sus hijos.
Un poco desestabilizados
A pesar de que son muchos los niños que están deseando volver a las clases, ya sea por el amor a los estudios o para encontrarse con los amigos, "otros se encontrarán un poco desestabilizados".
Los padres juegan un papel fundamental en facilitar la adaptación de los hijos. "El hecho de que acompañemos a los niños los primeros días al colegio, que conozcamos a sus tutores, que hagamos que los niños se sientan acompañados" ayuda bastante a que los más pequeños asuman con naturalidad la vuelta a la rutina o el primer contacto con el sistema educativo.
Además, hacer que el niño realice tareas unos días antes del comienzo del curso, o que haga repaso de la materia de otros años en las escuelas de verano viene a ser también un factor positivo para la adaptación.
Ajuste de horarios
El ajuste de los horarios de los chinijos a la rutina viene a ser buena parte de la receta para el acople de los estudiantes. Volver a levantarse muy temprano puede afectar seriamente el rendimiento y el ánimo de los niños si no se toman las medidas adecuadas con la suficiente antelación.
"Hay que intentar que los niños tengan una hora tope para acostarse, y es importante que durante ese tiempo estemos desconectando al niño del exterior, pero no con la televisión o el video, sino con algo más beneficioso, como la lectura". Pero en cualquier caso, el niño debe dormir unas ocho horas "para que haya recuperado toda su capacidad de aprendizaje".
Pero no sólo el sueño influye en la capacidad de los pequeños. También lo hace la comida. Y como ya se sabe, el desayuno es la comida más importante del día. Según el doctor Fernández, "el desayuno tiene que ser siempre a la misma hora, y en general sería conveniente
llegar a la mayor estabilidad horaria tanto en la comida como en el sueño" cuanto antes, días antes de empezar las clases.
Problemas de espalda o de pies
Quizás muchos recuerden aquel anuncio en el que el pequeño estudiante llevaba tan cargada la mochila que al final se iba al piso. A pesar de lo anecdótico de la publicidad, que trataba de vender un producto de alimentación dirigido a los más jóvenes, el problema del peso que han de cargar los chavales es ciertamente real y no es extraño que a edades muy tempranas hagan aparición en nuestro retoño problemas de espalda o de pies.
El doctor Fernández aconseja que los chinijos no lleven todos los libros de texto al colegio y que los padres vigilen la distribución del peso que llevan sus hijos. "Las mochilas han de ser las más holgadas y las mejores para su edad. Y a ser posible no estarían demás las mochilas con ruedas".
El cambio de centro o de clase puede ser "un pequeño trauma" para el niño. La adaptación a las nuevas circunstancias dependerá de la capacidad de cada niño, que puede variar de forma radical de unos chinijos a otros.
Integrarse lo antes posible
"Con mucho amor y cariño, lo importante es que el niño se sienta acogido tanto por los compañeros como por los profesores. Aconsejaría al chinijo que sea un poco protagonista los primeros días, para integrarse lo antes posible a la comunidad, a los juegos y a los compañeros".
Los propios colegios juegan un papel fundamental en facilitar que estos niños se sientan como en casa. En ocasiones, el propio estudiante ha sido arrastrado hacia el cambio de centro, por lo que de entrada ya entiende el cambio como ciertamente negativo.
En estos casos, la actitud de los tutores y compañeros de clase viene a ser esencial para que el niño supere con éxito el cambio.
Asimismo, se ha de estimular el rendimiento del estudiante en casa. Eso significa que el niño ha de contar con un lugar de estudio que sea fijo, bien iluminado, y que de sensación de estabilidad. Hay que cuidar la temperatura ambiente del lugar de estudio, así como la protección del área de estudio de los ruidos.
Fomentar la "estrecha" relación entre padres y profesores
Para evitar el fracaso, que tanto preocupa a la sociedad en los últimos años ante la evidencia del bajo nivel de los chiquillos en relación con otros países desarrollados es importante, según Fernández Jiménez, fomentar una estrecha colaboración entre los padres y los profesores, sobre todo los tutores. En ambas direcciones se ha de revisar el cumplimiento de las tareas que tiene que realizar el alumno. Asimismo, los padres deberían participar de forma activa en los consejos escolares, a fin de gestionar múltiples actividades y necesidades de cada centro para mejorar día a día la educación de sus hijos.
"El deporte es fundamental es el programa escolar, hasta tal punto que en la actualidad estamos inmersos en la campaña Muévete contra la obesidad infantil", señaló el doctor añadiendo que "España es el segundo país de Europa con mayor número de niños obesos", lo que significa que se trata de un problema muy grave. Y así, además de la importancia de una buena alimentación, el niño ha de realizar deportes de forma habitual, pero no de manera competitiva, sino por salud.