Diez horas de espera para ser atendido por fractura de tibia y peroné

La Sanidad lanzaroteña no deja de sorprender a propios y extraños. Nuria Esther Acuña Pérez, ciudadana de Arrecife, interpuso una denuncia en el Juzgado de Instrucción número 2 de la capital contra un especialista ...

29 de julio de 2005 (22:30 CET)
Diez horas de espera para ser atendido por fractura de tibia y peroné
Diez horas de espera para ser atendido por fractura de tibia y peroné

La Sanidad lanzaroteña no deja de sorprender a propios y extraños. Nuria Esther Acuña Pérez, ciudadana de Arrecife, interpuso una denuncia en el Juzgado de Instrucción número 2 de la capital contra un especialista traumatólogo del Hospital General, el doctor Cantón, por lo que podría considerarse un delito por no atender en su turno de noche a su hijo de 13 años, que sufría un dolor agudo por fractura de tibia y peroné en el pie izquierdo.

Según el texto de la denuncia, el niño sufrió un accidente con una bicicleta el pasado miércoles por la noche, dirigiendose Acuña a Urgencias del Hospital General. El médico de guardia diagnosticó una fractura de tibia y peroné en el pie izquierdo y se puso inmediatamente en contacto telefónico con el traumatólogo de guardia, el doctor Cantón, que dio instrucciones de inmovilizar el pie del niño, diciendo, según el texto de la denuncia, que "ya lo vería él por la mañana". Era en ese momento la una de la mañana. El turno del doctor no acabaría hasta las ocho, pero el muchacho no fue atendido hasta pasadas las diez y media, ya por otro traumatólogo, que de hecho se mostró sorprendido e indignado porque el niño no había sido atendido hasta entonces. De hecho, el doctor Cantón, según Acuña, "termina su guardia a las ocho de la mañana y no pasa a visitar al niño".

Acuña describe en la denuncia el agudo sufrimiento por el que tiene que pasar su hijo de 13 años. "Mi hijo permanece en Urgencias toda la noche, en una camilla con unos dolores insoportables, debido a la importante lesión que sufre", dolor que ni siquiera los analgésicos administrados por el personal del hospital son capaces de aliviar.

La profesionalidad del traumatólogo se pone en seria duda por la denunciante al afirmar que Cantón "no informa a los compañeros de guardia que el menor está esperando en Urgencias desde la noche anterior, a la espera de una posible intervención quirúrgica debido a los daños sufridos".

Nuria Acuña concluye la denuncia de forma contundente, haciendo constar su indignación al preguntarse cómo es que un niño de trece años tenga que esperar "nueve horas para ser atendido por un incompetente que no cumple con su labor y al que además pagamos todos los ciudadanos.

Personajes como éste son los que hacen que el trabajo de otros profesionales (en este caso los de Urgencias)" se ponga en duda ante la actuación negligente de supuestos médicos que trabajan en el Hospital General.

La madre del niño estuvo hoy por la mañana en Radio Lanzarote para dar a conocer en toda la Isla los hechos. Según el testimonio de Acuña Pérez, los médicos de Urgencias no escayolaron enseguida el pie del adolescente porque valoraron que la doble fractura posiblemente necesitaría intervención quirúrgica.

"Los dolores de mi hijo eran tremendos, porque el hueso lo tenía desplazado, y al más mínimo movimiento le dolía muchísimo", explicó la madre.

Acuña quiso recalcar la excelente atención del servicio médico y de enfermería de Urgencias, que en todo momento estuvieron pendientes del chico. "Desde que el niño lo veían que estaba un poco incómodo le ponían el analgésico, pero aún así el calmante casi no le hizo efecto".

A pesar de todo, "en toda la noche no apareció el traumatólogo, aun sabiendo que tenía tibia y peroné rotos, además del hueso desplazado".

El traumatólogo que entró a trabajar a partir de las ocho de la mañana no fue avisado hasta casi las diez de la mañana, y al enterarse "que el niño estaba desde la una de la madrugada, se enfadó", preguntando al personal por lo que había hecho su compañero del turno nocturno.

La propia responsable de Urgencias, al enterarse de lo sucedido, fue hasta la madre del chico y la invitó a su despacho, donde le dijo que "no tenía modo alguno de disculparse por esta situación, porque es vergonzoso".

También el jefe de Atención al Paciente, el doctor Ocaña, que atendió asimismo a Acuña en su despacho inmediatamente, comentó sinceramente a la desesperada madre que "estos son los casos que hacen desmerecer el resto de los servicios" del Hospital.

Y a pesar de las buenas intenciones de los médicos y personal de Urgencias, poco pudieron hacer para aliviar el sufrimiento del niño. Comentó la jefa de Urgencias a la madre que los médicos de este departamento no tienen ningún tipo de competencias para ingresar a un paciente sin que antes lo haya visto el especialista.

Además, tratandose de un niño de trece años, el pobre chico estaba asustado. "A la camisa se le podría escurrir el sudor, porque entre el dolor, el susto, y que estaba escuchando que posiblemente tenía que pasar por quirófano, todo eso no es fácil de llevar".

La redacción de este diario intentó ponerse en contacto con la gerente del Hospital General, Blanca Fraguela, pero no recibió ningún tipo de respuesta.

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