Se llaman Irene y Pablo Casasola Rojas, son mellizos, y tan sólo tienen cinco años. Pese a su corta edad, el año pasado se leyeron más de 160 libros. La Biblioteca infantil de Arrecife les ha concedido un premio por haber pedido prestados 80 libros cada uno en 2011. La madre de los mellizos, Laura Rojas, asegura que cuando fue a recoger el galardón le dijeron que, en realidad, "a estos 80 libros había que sumarles otros 89 más". Y, además, a estos habría que sumar los que cogen prestados de la biblioteca del colegio. "No vamos a tener sitio para tantos libros", ríe Laura.
Laura es una lectora empedernida. "En casa siempre nos ha gustado mucho leer y tenemos muchos libros. Hay épocas que incluso leemos demasiado", relata. Hace algo más de un año, Laura consiguió convertir en costumbre "el ir a biblioteca cada diez días más o menos".
Al principio los niños se paraban en la ludoteca "a tocar todo y a mirar todo". Pero, cumplidos los cuatro años y medio ya empezaron a "coger libros". Irene y Pablo saben leer desde antes de cumplir los cinco años. No fue su familia la que les enseñó, sino su profesora Juani, del colegio de La Destila. "Estoy muy contenta con ella", confiesa Laura.
Cuando los mellizos comenzaron a leer de forma fluida, empezaron a interesarse por los libros de la biblioteca. "Al principio cogían libros relacionados con los dibujos que venían en la tele. Ahora ya cogen de todo. No nos decantamos por un género concreto. Siempre que vamos nos llevamos unos cuantos a casa", explica Laura.
A Irene y a Pablo les encantan los clásicos, como Caperucita, El Gato con Botas o Blancanieves, pero también disfrutan "muchísimo" con los libros que tienen "pestañas, relieves, los que son muy llamativos". "Algunos son preciosos, porque los abres y se convierten en una casa", cuenta su madre.
Laura afirma que lo "mejor de todo" es ver a los niños "interesados por la lectura". "Cuando vamos a la biblioteca veo a niños malhumorados. Sin embargo, los míos están contentos", señala. Por ello, considera que es "fundamental que los padres fomenten la lectura de los niños".
Pablo, un futuro escritor
"Mis hijos quizá son introvertidos en el trato, pero son muy imaginativos y creo que eso es por la lectura. Son muy despiertos y, además, estamos contentos porque se ve que disfrutan con la lectura. Tienen más imaginación desde que leen", asegura Laura.
Sobre todo Pablo, que nada más coger el libro de la estantería de la biblioteca ya lo empieza a devorar. "Es innato, es muy curioso. Sale de la biblioteca y ya está leyendo de camino a casa", cuenta su madre. "No hay que mandarle a leer, porque él mismo se va solo al cuarto. Ya tiene ese hábito", explica Laura.
Pablo, incluso, ha comenzado a escribir sus historias. "Hace sus viñetas, aunque con faltas de ortografía", confiesa su madre, algo más que normal en un niño de 5 años. Por ello, no le extrañaría "nada" que su hijo quisiera ser escritor. Irene, por su parte, es algo "más vaga", aunque "lee muy bien".
Además, los niños saben cuidar "perfectamente" los libros. "Para mí un libro es un tesoro y eso ellos también lo ven. Los cuidan un montón, tanto los de la biblioteca como los de casa, que están como nuevos", afirma. Laura es consciente de que esta "afición" de sus hijos es fruto de lo que ven en casa. "Han cogido nuestra afición. Nosotros leemos en ebook y ellos, de momento, en papel".