Fotos: Sergio Betancort
Desde el 31 de julio de 1824 que entró en erupción el volcán de la Capellanía de Clérico Duarte entre los pueblo de Tao y Tiagua han pasado 194 años, pero los fieles siguen rememorando la promesa que los vecinos de entonces hicieron a la Virgen de Los Dolores, quienes se comprometieron a hacer una misa cada año en su honor como agradecimiento por haber detenido el volcán e impedir que la lava arrasara sus tierras y sus pocos bienes.
Así, a las 19 horas del pasado martes, en un lateral de la ermita de Mancha Blanca y presidida por el que fuera cura párroco de Tinajo, Santiago Quintana, quien estuvo acompañado por cinco sacerdotes, se celebró la Santa Misa, que contó con la asistencia de muchos fieles llegados de diferentes puntos de Lanzarote. Una celebración muy participativa que estuvo cantada por un grupo de colaboradores de varias parroquias, a los que también se les unió toda la asamblea.
En esta celebración de acción de gracias también hubo un momento para las poesías a la Virgen, relatos cargados de mucha emotividad por algunas de las señoras participantes
Con el himno a Nuestra Señora de los Dolores finalizó la Santa Misa y se puso en marcha la procesión alrededor del santuario. Y cuando la imagen de la Virgen traspasó el pórtico de la ermita, fue despedida con aplausos y vivas cumpliendo así la promeda.