Al fondo del cementerio de San Román, en Arrecife, se alza un bloque de nichos vacíos. A los ciento sesenta habitáculos les faltan las tapas, las lápidas, la tela que protege toda la estructura y la acera del suelo para que los vecinos que se acerquen puedan rezar a sus familiares fallecidos como se merecen. La situación se agrava si tenemos en cuenta que en el cementerio, a simple vista, apenas quedan nichos libres. "¿Qué opción le queda a la persona que no quieran recibir sepultura en una lápida en la tierra?", se pregunta un ciudadano. "Si se produce una catástrofe, no hay nichos suficientes", añade otro vecino.
Varias fuentes afirman que la situación es tan difícil que se están revisando nichos antiguos, en régimen de alquiler, para enterrar nuevos restos. "Muchos cuerpos se están incinerando", explica un vecino de la zona, "pero si yo no quiero que incineren a un familiar fallecido ¿qué hago?", se pregunta.
La empresa encargada de la obra es Iota-Kapital. La compañía, con sede en Tenerife, consiguió la concesión del Ayuntamiento "a principios de 2008", afirman desde la constructora, y a su vez, subcontrató el trabajo a una empresa lanzaroteña. Tres agentes diferentes con un problema común: los nichos no están terminados. "Llevan así meses", se lamenta una vecina.
Desde Iota-Kapital afirman que el problema ha sido "la falta de suministro". Fuentes de la compañía explican que estaban pendientes del material, de unas planchas de granito que tienen que venir desde la península y que, debido "a la huelga de transportes y al verano", todavía no había podido llegar a la isla, "pero el material ya está resuelto". Según sus cálculos, "la situación estará resuelta este viernes (22 de agosto)". Una vez que esté el material, "en dos o tres días todo estará terminado", afirman tajantes desde Iota-Kapital.
Silencio en el Consistorio
La situación "no es culpa del Ayuntamiento ni de nadie", señalan desde Iota-Kapital. "El problema es depender de un material que no es natural de la isla", añaden. La Voz ha intentado repetidas veces ponerse en contacto con la concejal de Sanidad, Amor Castañeda, pero ella se encuentra de vacaciones y nadie en el Consistorio ha querido realizar declaraciones al respecto.
Según otras fuentes municipales, el Consistorio, si ha fijado plazos de ejecución de la obra, como afirman desde Iota-Kapital, debería ejercer algún tipo de presión legal para que se agilicen los trabajos. Desde la constructora afirman que han recibido llamadas del Consistorio a este respecto. Otra opción sería que sea la propia compañía la que decida renunciar a la obra y por último, la solución más costosa y lenta sería que el Ayuntamiento decidiera anular el contrato, pero esto exige un largo proceso judicial.
Moldes quemados
Todos los vecinos que acuden al cementerio se preguntan, asombrados, qué significa una extraña estructura amarilla situada al fondo, contra el muro, completamente calcinada. Esta rara figura no es otra cosa que los moldes utilizados para hacer los nichos. Nadie sabe quién ni por qué les prendió fuego una noche de la pasada semana ni por qué siguen todavía en el campo santo.
El cementerio de San Román lleva en funcionamiento más de treinta años. Antes, los vecinos acudían al espacio situado en la arboleda de pinos cercana a la actual sede del Cabildo.