Las XIII Jornadas de la Mujer, organizadas por Mararía, propiciaron el debate y la relexión en torno a realidades que preocupan a la sociedad, como la violencia de género

Carmen Fernández: "Los medios han hecho más daño de lo que han ayudado"

Carmen Fernández cree que es una práctica habitual que los medios de comunicación afronten las informaciones sobre violencia de género "buscando una justificación, ya sea por celos o por ...

20 de noviembre de 2006 (08:52 CET)
Carmen Fernández: Los medios han hecho más daño de lo que han ayudado"
Carmen Fernández: Los medios han hecho más daño de lo que han ayudado"

Carmen Fernández cree que es una práctica habitual que los medios de comunicación afronten las informaciones sobre violencia de género "buscando una justificación, ya sea por celos o por infidelidad" y que, de esta manera, "están criminalizando a la mujer". Un ejemplo que fue rebatido por uno de los asistentes a la ponencia en la que Carmen expuso estas ideas. "A mi me parece que el titular sugiere lo absurdo del asesinato. Alude a algo ridículo", apostilló un periodista radiofónico de la isla que estuvo presente en una conferencia que dio lugar a un necesario análisis sobre la responsabilidad de los medios en la difusión de informaciones sobre violencia de género.

Los medios y la violencia de género

¿Cómo se debe contar una noticia sobre una situación que ha terminado con la vida de 61 mujeres en lo que llevamos de año? Éste fue uno de los planteamientos por los que transcurrió una puesta en común que propició la conferencia de Carmen Fernández que este sábado llegaba hasta Lanzarote para cuestionar el "tratamiento de la violencia de género en los medios de comunicación social". "Los medios han hecho más daño de lo que han ayudado", aseguró.

La ponente dedicó su intervención a Ana Dorante, una granadina de 32 años, que en 1996 fue asesinada por su marido después de que ésta relatara su historia de malostratos en una cadena de televisión de Andalucía. Fue un antes y un después. Desde entonces, los medios se han sensibilizado y han dado mayor cobertura a estas informaciones, pero "las han convertido en un espectáculo porque las han trivializado".

La violencia de género "se ha abordado mal", según Carmen Fernando. Para esta profesional del periodismo, "los medios no son responsables de la violencia de género pero tienen un papel muy importante en la prevención por su nivel de penetración e influencia. El cómo se afronta este problema es fundamental para poder combatirlo". Carmen cuestiona que este tipo de noticias sean tratadas como un suceso. "No se cuentan como algo continuado, por ejemplo el terrorismo de ETA está en los medios haya o no haya víctimas. No se aborda el problema en toda su complejidad. Se habla a través de estereotipos".

Un planteamiento que matiza el periodista y escritor Fernando Delgado, que participó también en las Jornadas de la Mujer, pues no cree que "por estar más presente la violencia de género en los medios, está más rigurosamente tratada" y aunque considera que el periodista siempre debe cuidar su mensaje, "sobre todo en temas tan dramáticos como este", considera que "los medios no deben ser redentores ni tener un papel apostólico, sino mostrar la realidad como un ejercicio de pedagogía. Actuar responsablemente". Y esa responsabilidad pasa por "tener cuidado con ablandar el corazón ante el asesino u otorgarle perdón" o "eliminar figuras escabrosas y hacer mensajes efectistas, morbosos para quienes disfrutan con la violencia como espectáculo."

Conversación pública

Fueron cavilaciones que fluyeron el pasado sábado en una tarde de debate y exposición pública, en la que tras la conferencia de Carmen Fernández, Fernando Delgado se erigió como creador de opinión ante un público que reclamó sus confesiones en una "Conversación pública". Tras una declaración de principios también tuvo palabras para un problema social que termina con la vida de trece de cada cien mujeres.

"Las respuestas que requiere la violencia de género tienen que venir de parte de toda la sociedad", apuntó. "Ni me gusta la sociedad que lo pone todo en manos de administraciones y políticos, ni la sociedad que pide prodigios a la televisión o a la prensa". Eso sí, reconoció que le resulta "escalofriante, perverso y obsceno, ver en programas de televisión repugnantes, algunas personas de dudosa moral, convertidas en víctimas de la violencia de género".

Arte y metizaje

Son un ejemplo de las reflexiones a las que han dado lugar estas jornadas. Cuatro días donde, además, se ha debatido sobre la conciliación de la vida laboral, los 75 años de sufragio universal o el mestizaje de la mano de profesionales y artistas. La Asociación Mararía hizo posible, con motivo de las XIII Jornadas de la Mujer, que la Sociedad Democracia se prestara como espacio de reflexión. El mero placer de escuchar lo que otros han madurado con mayor estudio, el placer de rebatir, de preguntar o simplemente exponerse a una nueva óptica de conocimiento fueron el punto de partida y de llegada para todos aquellos que acudieron a la cita.

"Resulta inaudito que los medios contribuyan al tráfico de mujeres"

Son páginas habituales de los periódicos que pasamos a menudo con normalidad, acostumbrados ya a los anuncios que bajo títulos de "relax" o "contactos" ofrecen los servicios sexuales de mujeres. Carmen Fernando las pasaba con la misma normalidad que el resto de los mortales, hasta que un día se percató de manera especial de lo que estos reclamos significaban y consideró analizarlos con mayor profundidad.

"Se ofrecen mujeres prostituidas, y digo prostituidas porque de las 400.000 que hay en España" ? se estima porque no ha datos oficiales -"el 95% son inmigrantes que están explotadas sexualmente por mafias". Carmen ha llegado a contabilizar hasta 300 anuncios en las páginas de clasificados. Entre 100 y 300 anuncios diarios que "generan unos ingresos que compensan la incoherencia editorial", pues junto a estos carteles se publican reportajes de denuncia sobre el tráfico de mujeres o se insertan suplementos doctrinales de severa moralidad cristiana.

Hace poco leyó con asombro en un periódico la oferta sexual de una niña de 12 años. Avisó inmediatamente a la Policía, pero convencida de que se trataría de un error. Era verdad.

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