La Compañía "Producciones del Mar" presentó el fin de semana un innovador espectáculo teatral sobre ruedas, donde los espectadores participan de un disparatado viaje en guagua

Carcajadas sobre ruedas en el "Fotingo Express"

Una innovadora propuesta artística se estrenó el fin de semana en Arrecife y Teguise. La compañía "Producciones del Mar" presentó una original representación teatral a bordo de una guagua, que se convirtió en un ...

24 de octubre de 2005 (19:57 CET)

Una innovadora propuesta artística se estrenó el fin de semana en Arrecife y Teguise. La compañía "Producciones del Mar" presentó una original representación teatral a bordo de una guagua, que se convirtió en un disparatado viaje para los cientos de afortunados que lograron subirse al autocar. Cierto es que las entradas eran gratuitas, pero aún así el éxito de la iniciativa fue calificada de "tremendo" tanto por los espectadores como por los organizadores de la función, el Departamento de Cultura del Cabildo insular y la Casa Agustín de la Hoz de Arrecife, que prestó colaboración a la Primera Institución.

Hasta la policía local de la capital de la Isla prestó una inestimable ayuda para que "el viaje más disparatado de tu vida" se convirtiera en una inolvidable experiencia para los espectadores.

Como explicó en declaraciones a este diario una fuente de la Casa de Agustín de la Hoz, "todas las entradas se repartieron", e incluso subió gente a la guagua que no tenía entrada. Por desgracia, tan sólo 52 pasajeros caben en la guagua, y aún saliendo cinco pases desde la Avenida Marítima de la ciudad, algunos se tuvieron que quedar con las ganas de ver las locas aventuras a bordo del "fotingo express".

Cada pase duró cerca de 40 minutos. El recorrido partió desde la Casa Agustín de la Hoz, prácticamente dando una vuelta completa a la ciudad para concluir en el punto de partida.

El viaje se torna en surrealista nada más subir los supuestos turistas al autocar. Y así, el conductor no deja pasar la oportunidad de invitar un "licorcito" a todos los espectadores.

Antes de partir la guagua, se sube un agente de policía malhumorado que insiste en no dejar arrancar la guagua si todo el mundo no le muestra los papeles, "incluidos los del impacto ambiental" del transporte. Pero entonces sale a escena la aguerrida azafata del pasaje, que sin cortarse ni un pelo llama de todo al desafortunado agente.

Al fin, comienza el viaje. Y entonces, un esporádico de la fila de atrás comienza se lamenta de su desgracia, comentando que su mujer le ha abandonado. Pero no está la cosa para atender las penas de los demás, y la azafata organiza una votación democrática "para ver si tiramos al desgraciado en la próxima rotonda".

Aunque sin duda, uno de los momentos más álgidos del viaje se produce cuando a la altura de la Cruz Roja una viuda sube a la guagua el ataúd de su marido, que resulta que solía tomar siempre el recorrido de ésta. En cierto momento, la viuda entona incluso una canción, pero las carcajadas del público y las quejas de la azafata hacen que desista en el intento.

El último toque surrealista del viaje se produce a la altura del Arrecife Gran Hotel, donde se rompe la guagua y los viajeros bajan para empujarla.

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