ACN
Canarias presentó las tasas más reducidas en cinco de las 16 principales causas de muerte (enfermedades cerebrovasculares, insuficiencia cardiaca, cáncer de bronquios y pulmón, enfermedad de Alzheimer e insuficiencia renal).
Tras Canarias, se situaron Melilla (678,9) y Ceuta (687,6). Melilla registró las tasas más bajas en seis de las 16 principales causas de muerte (enfermedades isquémicas del corazón, enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, cáncer de colon, neumonía, cáncer de estómago y accidentes de tráfico). En cambio, tuvo la tasa más alta en diabetes. Mientras que Ceuta tuvo las tasas más bajas por cáncer de mama de la mujer y por cáncer de próstata.
La Comunidad de Madrid tuvo la menor tasa en diabetes. Cataluña presentó la segunda tasa más baja en neumonía y la segunda más alta en demencia. Andalucía tuvo la tasa más baja en demencia. El País Vasco presentó la segunda tasa más baja en insuficiencia cardiaca. Baleares tuvo la tercera tasa más baja en diabetes y en cáncer de mama de la mujer y Cantabria presentó la tercera tasa más baja en fallecidos por accidentes de tráfico y la tercera más alta por neumonía.
Según el INE, la mortalidad está directamente relacionada con el envejecimiento de la población y así lo reflejan los datos por comunidades autónomas. En el año 2004 las tasas más elevadas de fallecidos por cada 100.000 habitantes correspondieron a Asturias (1.184,4), Castilla y León (1.068,3) y Aragón (1.065,8).
Asturias tuvo el mayor número de fallecidos por 100.000 habitantes en ocho de las 16 principales causas de muerte (enfermedades isquémicas del corazón, cáncer de bronquios y pulmón, enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, demencia, cáncer de colon, enfermedad de Alzheimer, enfermedad hipertensiva y cáncer de mama de la mujer).
En Aragón se registraron las tasas más altas en insuficiencia renal. Mientras que Galicia tuvo las tasas más altas de defunciones por enfermedades cerebrovasculares, insuficiencia cardiaca y cáncer de próstata.
Por su parte, Castilla y León figuró en primera posición por cáncer de estómago y La Rioja presentó la segunda tasa más alta de muertes por insuficiencia cardiaca y enfermedad de Alzheimer.
Castilla-La Mancha ocupó la tercera posición en enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores y en insuficiencia renal. Extremadura tuvo la tasa más alta por neumonía. En la Comunidad Foral de Navarra se reflejó la segunda tasa más elevada en fallecidos por accidentes de tráfico. Murcia registró la tasa más alta en fallecidos por accidentes de tráfico. Por último, la Comunidad Valenciana tuvo la segunda tasa más elevada en muertes producidas por enfermedades isquémicas del corazón.
Menos defunciones
A nivel nacional, en 2004 se produjeron en España 371.934 defunciones, 12.894 menos que las registradas un año antes. La tasa bruta de mortalidad se situó en 871,2 fallecidos por cada 100.000 habitantes, lo que supone un descenso del 4,9 por ciento respecto a 2003, año en el que la tasa de mortalidad subió un 2,7 por ciento debido, principalmente, a la ola de calor que se sufrió.
Las enfermedades cardiovasculares se mantuvieron como primera causa de muerte en España, representando el 33,3% del total de defunciones (una de cada tres). Dentro de este grupo, las enfermedades isquémicas del corazón (infarto agudo de miocardio, angina de pecho, etcétera) fueron, de nuevo, la primera causa de muerte entre los hombres (con 21.898 defunciones). Las enfermedades cerebrovasculares fueron la principal causa entre las mujeres (20.049 defunciones).
Los tumores se mantuvieron en segundo lugar como responsables del 27 por ciento del total de fallecimientos. En 2004 se produjeron 100.485 defunciones por esta causa.
En las mujeres, el cáncer de mama volvió a ser el más significativo, con 5.833 defunciones, aunque esta cifra fue un 1,4 por ciento inferior a la del año anterior. El cáncer de colon ocasionó 4.260 fallecidas (un 1,7 por ciento más) y el de estómago 2.200 (un 5,2 por ciento menos).
El cáncer de bronquios y pulmón, primero en importancia en los hombres, continuó su tendencia creciente con 16.632 fallecidos (un 0,7 por ciento más). No obstante, continuó incrementándose mucho más en las mujeres (con 2.433 defunciones, un 7,6 por ciento más).
El segundo tipo de cáncer en importancia de los hombres fue el de próstata, con 5.694 fallecidos (un 1,6 por ciento más que en 2003). Le siguieron el cáncer de colon con 5.543 muertes (un 4,9 por ciento más) y el de estómago con 3.611 (un 2 por ciento más).
Los accidentes de tráfico fueron responsables de 4.867 muertes, un 11,2 por ciento menos que en 2003. Cabe destacar la fuerte reducción de la mortalidad por accidentes de tráfico en el grupo de edad de 15 a 29 años.
En 2004 las muertes fetales tardías (nacidos muertos con más de 500 gramos de peso) y los fallecidos antes de las primeras 24 horas de vida fueron responsables de más del 80 por ciento del total de muertes perinatales (conjunto de muertes fetales tardías y las ocurridas antes del séptimo día de vida).
Entre 1997 y 2004 la tasa de mortalidad fetal tardía refleja una clara tendencia descendente al reducirse un 23,7 por ciento en este periodo (de 4,1 muertes fetales por cada 1000 nacidos en 1997 hasta 3,2 en el año 2004).
La misma tendencia se observa en la tasa de fallecidos antes de las 24 horas de vida, que ha descendido un 28 por ciento (en 2004 fallecieron 8,4 menores de 24 horas por cada 1000 nacidos vivos, frente a 11,7 en 1997).
Este marcado descenso de las tasas de mortalidad fetal tardía y de menores de 24 horas se debe, principalmente, al aumento del 23,2 por ciento en el número de nacimientos y, en menor medida, al descenso del número de muertes fetales tardías (del 6,1 por ciento) y de fallecidos menores de 24 horas (del 10,9 por ciento).
Si se realiza un análisis por nacionalidad de la madre, se observa que en 2004 la tasa de mortalidad fetal tardía de madres extranjeras fue un 37 por ciento superior a la de las madres españolas. Por su parte, la tasa de fallecimientos de menores de 24 horas de madres extranjeras superó en un 40 por ciento a la de las españolas. No obstante, cabe destacar que para ambas nacionalidades las dos tasas han mejorado desde el año 1997.
El 64 por ciento de las causas que originan las muertes de menores de 24 horas se concentraron en el grupo de afecciones perinatales, el 22 por ciento se debió a malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas y un 14 por ciento correspondió al grupo de mal definidas.
Entre las afecciones perinatales destacaron las complicaciones maternas del embarazo, trastornos respiratorios y cardiovasculares, trastornos relacionados con la duración de la gestación y las complicaciones maternas.
En el caso de las muertes fetales tardías el 48 por ciento correspondieron al grupo de causas mal definidas, por no haber sido especificadas por el médico con el detalle suficiente. Del 52 por ciento restante, el 92 por ciento se debieron a causas perinatales y el 8 por ciento a malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas.