Desde México
Es cierto que el chile (una salsa de pimiento muy picante, que es considerada medicinal y hasta afrodisiaca) forma parte de la cultura gastronómica mexicana desde los aztecas, pero rompamos el tópico, porque la comida en sí de este país de centroamérica no ataca al paladar. Sin ir más lejos, Luis Hernández, chef del menú, no es devoto de las salsas picantes. Así que lo menús navideños no tienen por qué serlos si uno no los cubre de salsas. Con fuego en la boca o sin él, para los mexicanos la Navidad comienza el día 12 de diciembre, cuando se designan las Posadas ? una casa de un barrio que se convierte en el centro de operaciones donde todos van a comer, beber y bailar hasta la víspera de noche buena ? y terminan el 2 de febrero, cuando quien encontró el "muñequito" en el roscón de Reyes, allá por el 6 de enero, está obligado a celebrar una cena.
Tratándose de un país con una extensión de casi dos millones de kilómetros cuadrados, es predecible que en cada región haya un plato típico en la víspera de año nuevo y hasta que se mantengan traiciones como salir con armas de fuego y disparar al aire cuando llegan las doce (el Gobierno aconseja no salir de casa durante los siguientes 15 minutos). En Acapulco, por ejemplo, de donde procede Luis Hernández, la base del menú de Nochevieja es el marisco (es habitual que un besugo presida la mesa), en Puebla destaca un plato elaborado con pimiento relleno de carne, bañado de crema de nuez y granitos de granada, y en las grandes ciudades el guajalope (pavo). Pero aparte del plato principal, se acompaña la mesa de platos tradicionales, algo más elaborados. Folclóricos (nachos, fajitas, burritos) para Luis Hernández que insiste en destacar la heterogeneidad de la gastronomía mexicana. Para esta Nochevieja ha preparado una compulsión de sabores sobre una estructura gastronómica tradicional.
MENÚ MEXICANO:
Primeros:
Nachos rancheros: nachos fritos, frijoles rancheros, mozzarella, pico de gallo (omate picado con cebolla, perejil, jalapeño picado y poco de limón) y chorizo.
Sincronizados con guacamole: sobre doble tortilla de trigo (especie de tortitas) con queso rallado en forma de pizza, se cubre con un poco de guacamole y pico de gallo. Hornear. Con jalapeño entero al gusto.
Segundos:
Fajita de pollo con plátano, piña y coco. (El pollo previamente se macera en cajú, que es una mezcla de especies con una base de pimentón. Se fríe con verduras y las frutas)
Burrito frito relleno de chile con carne acompañado de frijoles horneados, guacamole y salsas mexicanas (un preparado similar a la fajita que se enrolla en tortilla
Postre:
Burrito relleno de cabello de ángel con sorbete de cerveza
Desde Rumanía
Rumanía celebra esta Nochevieja su primer añito como miembro de la Unión Europea. Pero este nuevo estatus no le hará variar sus costumbres y como cada año uno de los platos estrellas de los hogares de las familias rumanas serán los sarmales o rollitos de col, rellenos de carne de cerdo y arroz. Muchas de estas familias, como tradición, dejarán algunos de los rollitos cocinándose a fuego lento en una olla ? el resto va directamente al estómago ? mientras almuerzan, como gesto de buena suerte y como presagio de que el año que entra va a ser mejor del que se queda.
En la zona donde vivía Lilianan Nechifor, la chef de esta propuesta, en la región de Moldavia, la mayoría de sus habitantes tienen granjas. Al llegar el invierno, con la matanza del cerdo se surten de provisiones para parte del año y por supuesto, para la época navideña, por eso no es de extrañar que la carne porcina y sus variantes sean ingredientes básicos de la comida tradicional y también de la mesa de fin de año. El arroz además de componente de cocina es junto con el trigo otro símbolo de buen agüero que los niños y niñas rumanos lanzan en las puertas de las casas en el amanecer del primer día del año, eso sí sin cocinar, y en grano crudo.
La piftie es otro de los platos típicos de la cocina rumana que consiste en una sopa fría. Tienen también una especie de pan dulce, el Cozonac, que es el postre de las familias. Como acompañamiento Rumanía tiene una extensa cultura vinícola, prueba de ello son las 27 muestras que guarda en su carta de vinos el restaurante Transylvania, con soleras de hasta 12 años.
Acostumbrados como estamos en España a que los cocineras y cocineras de esa noche se levanten constantemente durante la cena, para ir rellenando la mesa de una comida interminable, en Rumania todo lo que se va a degustar se coloca previamente, incluido el postre, y nadie se levanta hasta el fin de la celebración.
MENÚ RUMANO
Rollitos de col: Se ablandan las hojas de col en agua caliente. En una sartén se hace un refrito de verduras y carne de cerdo molida. Se aparta del fuego y se añade el arroz en crudo, se envuelve en las hojas de col y se pone a hervir a fuego lento en una olla con agua y sal
Toquitura: Se dora la carne de cerdo con vino blanco y laurel. La carne se acompaña con un plato aparte con pepinillos y aceitunas.
Cozonac: Pan dulce de elaboración artesanal con cacao y frutos secos.