Cuando tenía 9 años, en la barbería de su padre donde acostumbraba a oír cantar a su abuelo, Antonio Corujo descubrió que tenía "duende" para el folclore. Ahora, 80 años después, ese duende lo ha colocado como uno de los máximos exponentes de este género musical en Lanzarote y Canarias, y hoy en día lo sigue acompañando.
Esta dilatada trayectoria del folclorista ha sido reconocida por el Cabildo insular a través de la entrega del título de Hijo Predilecto (que en este año, también ha sido otorgado al físico Blas Cabrera), una mención que lo pilló "por sorpresa" pero le dio "una alegría tremenda", tal y como explica Corujo a La Voz.
Una familia unida a la tradición
El artista forma parte de una gran familia de reconocidos cantadores y bailadores, los Corujo, que, desde siempre, han estado ligados a las manifestaciones tradicionales y folclóricas del territorio conejero.
Antonio, por su parte, fue cosechando todas las enseñanzas que le llegaban de su padre, su abuelo, que utilizaba la barbería como espacio seguro para desarrollar su arte cuando prohibieron las pascuas en la isla, y del resto de sus familiares.
Así, desde niño fue adquiriendo la esencia del folclore, y ha aprendido todo lo que sabe hoy en día "de forma oral", tanto las letras, como las músicas y bailes tradicionales, principalmente, de Lanzarote.
Y una vida dedicada al folclore
A medida que fue creciendo, continuó labrando su propio camino y pasó a formar parte del Rancho de Pascuas de San Bartolomé.
Tras ello, ayudándose del sonido de sus lapas que ya se han convertido en un "imprescindible" en sus actuaciones (y también heredadas de su progenitor), se dedicó a difundir las coplas de Víctor Fernández Gopar en diferentes escenarios del archipiélago y, también, del resto del mundo.
Aunque es consciente de que con el paso de los años "ha olvidado algunas anécdotas que le gustaría contar", reconoce perfectamente que lleva toda su existencia "viviendo el folclore", y que su vida "ha estado y va a estar" unida, para siempre, a este arte.
"El folclore seguirá evolucionando como hasta ahora"
Por ello, este reconocimiento y su propia experiencia, lo lleva a confiar en que este género musical "no se va a perder", sino que seguirá "evolucionando" como ha hecho hasta ahora.
De sus hijos, "uno da clases de música, otro hace timples y guitarras", y, entre sus nietos y bisnieto ya comienzan a formarse las semillas para que la tradición que ha acompañado desde hace décadas a los Corujo no se pierda.
Y este es el mismo esquema que espera que se repita en el resto de la sociedad y por el que trabaja para que así sea, ya que, a sus 89 años, Antonio Corujo y sus lapas continúan girando por eventos de las islas, "y así será mientras me sigan invitando y yo tenga fuerzas", sentencia el cantautor.
