Desde que saltara a los medios de comunicación en plenas fiestas navideñas la noticia de la retirada indefinida de un barco de Transmediterránea que unía el puerto de Arrecife, Puerto del Rosario y el puerto de Las Palmas, la incertidumbre se ha instalado entre los empresarios y comerciantes y, en definitiva, en la sociedad lanzaroteña, ya que los consumidores también pagarán las consecuencias. Desde el pasado 5 de enero, el buque Superfast Galicia no atraca en puerto lanzaroteño, se salta a las islas no capitalinas en su ruta y con su carga procedente de la Península, sólo para en Las Palmas y en Santa Cruz de Tenerife.
A esta medida se suma la decisión de Transmediterránea de retrasar la llegada habitual al puerto de Arrecife cada miércoles de otro buque, que ya está dejando su carga los viernes, casi 48 horas más tarde.
La naviera prácticamente no ha dado a la opinión pública explicaciones de estas decisiones. Sí parece que las está dando ante el Gobierno de Canarias, con quien ya se ha reunido esta semana, y puede que las vuelva a esgrimir ante los presidentes de los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura, con quienes probablemente se encuentre a principios de la próxima semana. Pero lo cierto es que hasta la fecha, la información que rodea las medidas de la naviera y las gestiones de las instituciones canarias para garantizar el suministro de mercancías a las islas resulta confusa y suministrada con cuenta gotas, por lo que no es de extrañar que la preocupación esté calando estos días en muchos sectores de Lanzarote, que no se sienten satisfechos con la respuesta de sus representantes públicos ante el problema.
Rosa Dávila, directora general de Transporte del Gobierno de Canarias no suelta prenda de sus conversaciones con la compañía. Tampoco hay fecha concreta para la reunión entre Inés Rojas y los responsables de la naviera, una reunión que ya debía haberse celebrado hace más de una semana, tal y como habían anunciado desde la Primera Institución, máxime cuando ya existía malestar en la isla por la suspensión del servicio de uno de sus buques sin sustituirlo por otro durante los días de Navidad.
El consejero de Comercio e Industria del Cabildo, Higinio Hernández, afirma que el Cabildo quería celebrar esa reunión antes, "pero la naviera no podía reunirse". Asegura que en ese encuentro van a pedir explicaciones porque "no pueden quitar un buque beneficioso para la isla de la noche a la mañana sin más", pero el consejero no especifica cuáles serán sus reivindicaciones y las propuestas que presentarán a la compañía. Apunta que como empresa privada que es Transmediterránea, no pueden "obligarle a que cubra esas líneas".
Por su parte, las asociaciones empresariales y de consumidores, asustadas ante una posible subida en los precios de la cesta de la compra y una inminente pérdida en la calidad de los productos, creen en la necesidad de una respuesta unida y contundente por parte de las instituciones, porque como subraya Vicente Stinga desde la cooperativa de consumidores Cocelan, "sabemos que estamos en una economía de libre mercado, pero esta no es una cuestión de empresarios o de competitividad, sino de servicio público".
Aunque no hay que olvidar que existen otras navieras que también se dedican al transporte de mercancías y personas, lo cierto es que pese al tráfico de otros buques, las farmacias temen quedarse sin medicinas líquidas que en ningún caso podrían llegar a Lanzarote en avión. No descartan que el sistema de cooperativas que rige la distribución de los medicamentos en España, permitiendo que el caro transporte a las islas no se note en el precio final que paga un lanzaroteño por una medicina en comparación con un peninsular, pueda asumir nuevos costes de traslado entre la Península, Las Palmas y Lanzarote.
Mientras tanto, desde el sector de frutas y verduras, que resulta uno de los más afectados, subrayan por ejemplo que un kilo de champiñones catalogados de calidad extra que sale de la Península, llegará como un producto de segunda, si aguanta, y los productos no alimentarios, que siempre tendrán prioridad para ser transportados, podrían sufrir importantes retrasos. Mercancías textiles, muebles o telecomunicaciones, llegarían más tarde de lo que ya lo hacen y eso, podría tener consecuencias en la economía de la isla, tal y como apunta Vicente Stinga.
Mientras se buscan soluciones en los despachos gubernamentales, el empresario, el comerciante y el consumidor se mantiene a la espera, en la que se hace más presente que nunca la dependencia del exterior.
[CARMELO FIERRO, PRESIDENTE DE FEMELAN:
"Afectará al bolsillo de los empresarios y empleados"->10249]
[LOS FARMACÉUTICOS MUESTRAN SU PREOCUPACIÓN:
"Ya estuvimos un día entero sin medicinas líquidas"->10250]
[VICENTE STINGA, ASESOR JURÍDICO DE COCELAN:
"Las frutas y verduras posiblemente llevarán ocho días en los comercios"->10251]
[JAIME MELERO REGENTA DOS FRUTERÍAS EN ARRECIFE:
"Hay fruta de temporada que desde hace un mes no ha llegado a Lanzarote"->10252]