La cantautora lanzaroteña Rosana actuará este jueves en Los Dolores después de más de cuatro años sin subir a un escenario en Lanzarote

"Tocar en Los Dolores tiene para mí un significado muy especial"

"Cada vez que salimos de gira, esperamos una llamada de Lanzarote". Son palabras de Rosana, en su comparecencia ante los medios dos días antes de actuar de nuevo en su tierra ...

12 de septiembre de 2006 (10:47 CET)
"Tocar en Los Dolores tiene para mí un significado muy especial
"Tocar en Los Dolores tiene para mí un significado muy especial

"Cada vez que salimos de gira, esperamos una llamada de Lanzarote". Son palabras de Rosana, en su comparecencia ante los medios dos días antes de actuar de nuevo en su tierra natal. La última vez que subió a un escenario en Lanzarote fue en las fiestas de La Caleta de Famara, hace ya cuatro años. "No hemos venido antes porque no hemos encontrado el espacio para hacerlo, pero tampoco hemos sido invitados", ha explicado la cantautora. "También hay que decir que hemos hecho muchas giras de invierno, en auditorios y teatros, y aquí deberíamos empezar a plantear un espacio que no sea limitado, para hacer acústicos" ha añadido. "Así que habrá que darse prisa para poner en orden el auditorio de Los Jameos".

Con apenas diecinueve años, Rosana partió rumbo a Madrid, aunque como ella dice, "nunca me he ido de Lanzarote". Por aquel entonces, no era fácil abrirse hueco en el mundo de la música, y la Península parecía quedar más lejos de lo que en realidad estaba. "Está lejos, pero no tanto como creemos", ha explicado la cantautora. "Quizá ese es el primer impedimento que nos ponemos nosotros mismos, lo de la música está complicado, pero no más que otros trabajos".

La cita con Los Dolores tiene un significado especial, "por motivos personales y familiares", como ha explicado Rosana. El repertorio tendrá mucha "Magia", ya que gran parte de los temas proceden de éste, su último disco, aunque también se abrirá un abanico con las canciones más representativas de su discografía. "Este disco es, quizá, el que mejor recoge algo que es muy mío: el optimismo". Optimismo que Rosana derrocha allá donde va, moviendo sus característicos rizos negros, y mostrando, a cada minuto, su enorme sonrisa.

Rosana no es inmune a los cambios de la Isla. "Hay una cosa que me preocupa y es la imagen de Canarias en muchos sitios, poco favorecida con lo que está pasando con los cayucos", ha indicado. "Por una parte es una tristeza, porque la primera pregunta que me hago es qué tendría que pasar para irme de mi tierra y de mi casa, para jugarme la vida como ellos hacen, es muy duro, pero al mismo tiempo la gente imagina las playas canarias llenas de cayucos y gente muriendo, y eso habría que solucionarlo". Otra de las cosas que inquietan a la cantante "son los aviones, ya que las personas que somos de aquí y nos gusta estar aquí, tenemos que poder ir y venir cuando tengamos que hacerlo, sin problemas".

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