A.A.
- Hemos leído estos días unas declaraciones suyas en las que aseguraba que tiene deseos de terminar su carrera política en el Cabildo de Gran Canaria, recuperando los votos centristas que le prestaron en su momento a José Manuel Soria. ¿Por qué ahora, realmente le ilusiona una vuelta a la política que tenía casi prohibida por su familia?
- Mi vuelta a la política no es una decisión que haya tomado yo, ni mucho menos; hay mucha gente que está detrás de mí que quiere que vaya como candidato al Cabildo de Gran Canaria y que recupere los votos centristas que en su día se llevó prestados Soria. Después de que el centro fue desalojado por CC y no concurrió a las elecciones el electorado no supo qué hacer, no quería tirar a la izquierda y se fue para la derecha, le dio los votos a Soria, y ahora Soria tiene que devolverlos. Los votos se devuelven como se devuelven los créditos en el banco, con intereses. Lo que quiero por tanto es que Soria devuelva al electorado los votos prestados con intereses, para que el centrismo vuelva a resurgir. Es fácil en el momento en el que haya voluntad política y pérdida de protagonismo por parte de muchas personas, a base de que sean capaces de unirse todos los que son de centro.
- Parece que usted tiene muy claro que el camino se allana en el momento en el que sale de CC todo el ala izquierda, la gente de Iniciativa Canaria (ICAN) como Román Rodríguez o Carmelo Ramírez, ¿no?
- Sí, claro, así es. La izquierda pura y dura que había en CC era tremenda, esa misma izquierda que en su día consentimos que entrara cuando se constituyó oficialmente CC con gente como Carmelo Ramírez y los llamados alcaldes del sur que eran asamblearios y autogestionarios. Eran los que querían impedir que el centro siguiera adelante; incluso impidieron que yo fuera presidente del Gobierno cuando había un pacto claro que determinaba que detrás de Manuel Hermoso era yo el que tenía que aspirar al poder, porque era al centro al que le tocaba la presidencia. Me retiré de la política y de CC sin dar una sola coz, proponiendo no a Adán Martín como candidato a la presidencia porque consideré que fue el máximo responsable de la ruptura del pacto interno sino a un joven político como era Román Rodríguez. Se armó el lío padre porque no fueron capaces de decir que no. Le propuse siendo de izquierdas porque no era de mi partido, nadie me podía decir por tanto que tenía que ver con el egoísmo o el partidismo, porque era un hombre joven, porque había desarrollado un gran trabajo como director general del Servicio Canario de Salud y porque se cumplía la alternancia. Nunca he estado conforme con la alternancia entre Gran Canaria y Tenerife. ¿Qué pasa en CC, es que se piensan que en las islas menores no hay gente inteligente, es que se piensan que allí todos son tontos o de segunda división? Tenemos gente válida en las islas no capitalinas como Antonio Castro que podrían aspirar perfectamente a ser presidentes del Gobierno de Canarias; es un hombre de una gran categoría política, de gran experiencia y que como poco tendría que haber sido ya vicepresidente del Gobierno. Esta cuestión se tiene que corregir inmediatamente en CC y en el resto de formaciones de la Comunidad Autónoma.
- Esta misma mañana manifestaba en Radio Lanzarote el presidente de CC, Paulino Rivero, que no ve con malos ojos que se abra una negociación en Gran Canaria con usted si realmente acude a la política con la intención de continuar con el proyecto nacionalista.
- Abiertos al diálogo estamos todos. Lo que pasa es que CC estuvo cerrada a las negociaciones conmigo.
- Bueno, más que cerrada la verdad es que le dieron con la puerta en las narices.
- (Se ríe) Sí, nos pusieron en la calle a todos los centristas. En este momento podemos hablar con CC, lo que no significa que yo vaya a entrar en la formación que ayudé a fundar. Lo que pretendo es llevar a cabo una operación política en virtud de la cual los centristas vuelvan a unirse para cabalgar juntos.
- ¿Realmente cree que hay posibilidades de desbancar a Soria en el Cabildo grancanario?
- Sí, sí, estoy convencido de ello. A mí me gustaría defender a Gran Canaria porque está pasando un mal momento. Sin embargo, para defender a Gran Canaria tengo que contar con el permiso de Tenerife, porque estoy casado hace muchos años con una tinerfeña a la que le prometí que no volvería a la política. Mientras ella no me dé el okey, no podré hacer nada. Espero que en mi casa se den cuenta de que la política es algo que me entusiasma, y espero que la tinerfeña no me ponga demasiados problemas.
- Me consta que su mujer le da por imposible.
- (Se ríe con ganas) Sí, pero hay algunos que tienen vicios peores que los míos. El de la política no es de los peores.
- Por cierto, ¿qué papel va a jugar en toda esta operación el CCN de Ignacio González?
- Juega un papel muy importante. Igual que he sido padre de familia numerosa en la vida biológica y normal, también lo he sido en la vida política. Siempre he estado en el centro, y allí he conseguido tratar de unir a muchas fuerzas políticas y de traer a mucha gente que no fuera centralista, consiguiendo la unidad inicial de CC que posteriormente se rompió. Incluso para repartirse la tarta la gente de ICAN, Carmelo Ramírez y toda la tropa, pactaron con Paulino Rivero, Adán Martín y Manuel Hermoso, una división muy clara entre Gran Canaria y Tenerife. Luego se produjo el lío en CC con motivo del follón entre los dos bandos enfrentados, y ahora parece que se han dado cuenta de que se cometió un error y se han dado cuenta de que hay que volver a la hegemonía del centrismo; ni de ATI ni del CCN, del centrismo. Fue el momento más importante, fue cuando yo siendo presidente pude proponer la integración de Canarias en la Unión Europea. Ahora me pregunto qué sería si no nos llegamos a integrar. Aquello fue votado por nosotros, con el voto en contra del tantas veces mencionado Carmelo Ramírez y compañía.
