El Ayuntamiento de Teguise ha hecho borrón y cuenta nueva en las cifras que maneja su sistema contable y por eso, en el pleno de este lunes han debatido uno de los pasos dentro del Plan de Saneamiento de la situación contable del Consistorio por el que intentan adecuar todos los apuntes de obligaciones de pago e ingresos de presupuestos ya cerrados, que vienen arrastrando los libros de cuentas desde 1984. Los apuntes en los que se aseguraba que se debía a una empresa o particular una cantidad de dinero que le fue abonada pero cuya factura jamás ha aparecido, partidas económicas para proyectos que nunca se acometieron o deudas con entidades bancarias que fueron abonadas, pero cuya amortización nunca se registró en los libros, han ido pasando de ejercicio en ejercicio dando así, una imagen irreal de la tesorería del Ayuntamiento.
Por eso se han deshecho de esos apuntes y han dado de baja las obligaciones que el Ayuntamiento arrastraba desde 1988 por valor de 15.806.000 euros y que por su antigüedad, se sabe que no son reales o que si lo fueron, se pagaron a los interesados, pero ese pago, nunca se registró. Entre ellas un préstamo por valor de 6,7 millones de euros suscrito por la Banca March, del que nunca se registró su amortización, es decir, el pago que año a año, iba haciendo el Consistorio para liberarse de la deuda. "No se ha perjudicado a terceros", puntualiza la concejal de Economía y Hacienda, Isabel Martín, "porque no hay situaciones reales de facturas sin pagar".
Lo mismo ocurre con los 25.686.000 euros, correspondientes a los ejercicios transcurridos entre 1984 y 2000, por derechos de diferentes conceptos que, o bien se cobraron pero nunca se registraron en los libros, o bien, nunca se cobraron y ya han prescrito.
Para la concejal de Economía, el Ayuntamiento de Teguise "hace 15 o 20 años era un caos con una contabilidad de andar por casa", muy alejada de la rectitud que se le exige en la actualidad a una institución pública como el Consistorio, que cuenta desde hace más de dos años con una interventora del Estado.
La concejal prefiere no entrar "en elucubraciones" del dinero que se pudo perder a causa de la deficiente contabilidad y cree que este paso era necesario porque la contabilidad que año a año han ido arrastrando, "no sirve como instrumento para financiar el Ayuntamiento al manejar cifras que no se corresponden con la realidad que hay en tesorería".
