A.A./A.C.
- Nos han dicho que a usted no le gusta demasiado el salmón de noruega, ¿es así?
- (Se ríe) No, no es así, porque a mí me gusta mucho comer pescado. De hecho, le puedo adelantar que estuve estos días comiendo pescado en La Graciosa.
- Ah, estuvo por aquí como el presidente del Gobierno, el señor José Luis Rodríguez Zapatero, y eso que no son del mismo partido.
- Efectivamente, no somos del mismo partido pero coincidimos en las vacaciones.
- De lo que no tenemos duda es de que usted no cogió un avión privado para ir a La Graciosa como hizo el señor José Manuel Soria para ir a Noruega.
- (Vuelve a reírse) Cogí el barquito que ya saben que une el pueblo marinero de Órzola con La Graciosa, fui con el resto de ciudadanos, como tiene que ser, y me pude dar un paseo por esa maravillosa isla que tenemos todos los canarios. Ni yo he ido a comer salmón, ni me invita ningún empresario a pasar las vacaciones en ninguna parte ni yo lo aceptaría si así fuera y si estuviera en la situación en la que se encuentra el señor Soria respecto al empresario Bjórn Lyng. No hay que olvidarse nunca de que el empresario noruego tiene unos intereses muy grandes en el municipio de Mogán, y en Mogán gobierna el PP. El PP en estos momentos está además elaborando un Plan General de Ordenación. Ya sabemos que la mujer del César no sólo debe ser honrada sino también parecerlo. Las ofertas de empresarios, los regalos, son un poco venenosos, y uno cuando está en política debería tener mucho cuidado y darse una vueltita más por La Graciosa y no irse a Noruega. Estoy convencida de que se está mucho mejor allí que en el país nórdico.
- Lo que no parece normal es que el presidente del Cabildo de Gran Canaria y presidente a su vez del PP canario haya hecho coincidir este viaje privado con el empresario noruego con la visita que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo a la zona afectada por el último incendio. Está claro que no fue una casualidad, ¿no?
- Claro que no fue casualidad, sabía perfectamente que el presidente iría a visitar Gran Canaria. A Soria se le ha elegido para defender a la isla de Gran Canaria, y los intereses políticos que puede tener se los debería guardar en el bolsillo. Al final los que dieron ejemplo fueron sus compañeros Juan José Carmona y Pepe Jiménez, que incluso se sacaron una foto con Zapatero. Habrá muchas cosas con las que muchos no estamos de acuerdo, pero si una cosa tiene Zapatero es que posee un estilo muy agradable para todo, tanto en el trato político como personal. Lo conocí como diputado y puedo asegurar que era una persona más que agradable, y estoy convencida de que ahora que es presidente no ha cambiado. No le he vuelto a ver desde entonces, pero insisto en que era una persona agradabilísima, y estoy segura de que habría estado encantado de que el presidente del Cabildo de Gran Canaria hubiera estado en su visita preocupándose por su isla y exigiéndole todo lo que se le debe exigir. Para eso le han elegido todos los grancanarios. Él va a lo suyo, porque todo el mundo sabe ya cómo es Soria, cuál es su estilo, de qué va por la vida...
- ¿Y cuál es su estilo, de qué va por la vida el presidente del Cabildo de Gran Canaria?
- Pues su estilo es el que motivó, por ejemplo, mi salida del PP. Por su culpa yo me tuve que ir, porque Soria tiene una obsesión casi enfermiza por sí mismo y por ir en contra de todo aquello que considera que perjudica su carrera política y en los aspectos personales.
- Sí, desde luego que parece que la gente a la que se le ha ocurrido discrepar de sus ideas o planteamientos no ha quedado bien reflejada en la foto, gente como usted, Rafael de León, Bravo de Laguna, María Eugenia Márquez y más recientemente el que dicen que era su mano derecha, Juan José Cardona.
- Es una persona muy especial. Pero lo más importante de esta historia es que habría que dejar claro que ya está bien de que los políticos piensen que todo vale, que un viaje como el que el señor Lyng les ofreció a él y a su mujer no se debería hacer; eso de que les lleven en jet privado hasta Noruega o Salsburgo por la cara no es normal. La gente no es boba y no puede creer que un empresario como Bjórn Lyng haga un gasto de estas características invitando a Soria y a su mujer por la cara, porque sí. En segundo lugar, está claro que él donde debería haber estado y donde debería estar es allí donde su obligación política le reclama. Como presidente del PP en Canarias y especialmente como presidente del Cabildo de Gran Canaria era estar donde están los problemas que afectan a los ciudadanos. Está claro que debería haber estado en la visita del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que es además el presidente de todos los españoles y que es la persona que puede decidir muchas cosas respecto a Gran Canaria.