Vecinos y restauradores critican el resultado de las obras en La Tiñosa

"Se han cargado el encanto del pueblo"

Perdieron las vistas al mar y con ello, según aseguran, gran parte de su clientela. De esto se quejan muchos de los restaurantes ubicados en el muelle del Varadero de Puerto del Carmen. Una zona que se vio ...

3 de julio de 2012 (15:42 CET)
Se han cargado el encanto del pueblo
Se han cargado el encanto del pueblo

Perdieron las vistas al mar y con ello, según aseguran, gran parte de su clientela. De esto se quejan muchos de los restaurantes ubicados en el muelle del Varadero de Puerto del Carmen. Una zona que se vio transformada con las obras de ampliación y mejora que el Gobierno de Canarias llevó a cabo en las instalaciones portuarias y que para muchos, con independencia de su funcionalidad, ha supuesto la "pérdida de encanto" del lugar.

Y es que, precisamente, una de las actuaciones que se llevó a cabo en el muelle del Varadero de Puerto del Carmen fue reforzar el dique para protegerlo del temporal del sur. Ello provocó un mayor impacto visual, al tener que subir en altura el mismo, conllevando a que las vistas al mar fueran sustituidas por bloques de cemento. Y esto, según los empresarios hosteleros, ha supuesto una pérdida de clientes y de turistas que pasean por la zona.

"Se han cargado el encanto del pueblo, porque antes te sentabas aquí y veías el mar, los barcos? Y ahora da igual donde mires, porque no ves nada. Todo está cerrado", señala uno de los camareros del restaurante El Ancla, quien afirma que desde que las obras se llevaron a cabo han perdido clientela. "Ahora la gente tiene que subirse a los restaurantes de arriba para ver algo y a éstos viene menos gente, porque sólo ves el muro y los coches aparcados. Los restaurantes han perdido mucha clientela, no sólo nosotros", señala este hombre. "El turista prefiere irse a la avenida que el mar está más abierto, que sentarse por aquí. Ellos tendrían sus motivos para hacerlo, pero no contaron con que esto perjudicaba a la gente", añade.

En lo mismo coinciden otros muchos trabajadores y empresarios de la zona. "Nos han quitado todas las vistas que había al mar y hemos perdido clientela desde que comenzaron las obras", afirma María del Carmen Suárez, trabajadora del restaurante El Barquillo. Esta mujer afirma que, incluso, "muchos bares se han ido a la quiebra y no levantan cabeza desde entonces". "Antes todos los restaurantes abrían por la mañana y ahora hay algunos que no abren hasta las 15 horas, que es cuando se ve un poco más de gente", asegura.

Desde el restaurante El Poril, situado un poco más arriba, afirman que aunque desde allí "algo de mar se ve", también van menos clientes. "Esto se lo han cargado. Y aquí todavía tengo algo de vista al mar, pero los que están ahí abajo, nada. Antes era más rústico y ahora es todo cemento", señala uno de los propietarios, Antonio Rodríguez. "Aquí tenían que haber hecho algo en condiciones, para cruceros, para turismo, en vez de que fuera a Los Mármoles. Que los turistas llegaran a la zona turística, que generaría muchos puestos de trabajo, pero los políticos van a lo suyo", añade.

"Pagando las consecuencias"

El actual alcalde del municipio, Pancho Hernández, tampoco está muy contento con cómo quedaron estas obras, que fueron realizadas durante la anterior legislatura, cuando en Tías gobernaba el PSOE, con José Juan Cruz Saavedra a la cabeza. "Las consecuencias las estamos pagando ahora, porque es un proyecto que sólo ha servido para que el varadero no tenga el encanto que tenía antes", afirma el alcalde.

Hernández, aunque aclara que él no es "técnico", considera que "se subió mucho la altura del espigón" y se queja también del "muro que se hizo al lado de los aparcamientos y que también quita las vistas al mar". "También hay unos bloques de hormigón en la parte del aparcamiento y la plaza, que en principio no estaban previstos que se dejaran en la zona, sino que se iban a trasladar a un puerto que se iba a hacer en Fuerteventura y siguen ahí. Nosotros nos hemos interesado por saber qué va a ocurrir con esto y estamos tratando de que se reconduzca y sean trasladados a Fuerteventura, como estaba previsto, aunque en un principio nos dijeron que por la seguridad del puerto se quedarían ahí", añade.

El alcalde afirma que son los propios visitantes, marineros y los propietarios de los restaurantes quienes se quejan de esto y se pregunta "para dónde estaba mirando entonces el anterior grupo de gobierno". "Esta infraestructura cuenta con el rechazo de casi todos los vecinos de Puerto del Carmen y también los empresarios. Esa zona, antes, cuando llegabas, tenías posibilidad de ver Corralejo, la isla de Fuerteventura, y hoy en día parece que te encuentras en una plaza de toros desde donde no ves nada",señala.

"Seguridad" para el tiempo del sur

Las obras del muelle de Varadero en Puerto del Carmen se inauguraron en noviembre de 2010, por parte del presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero. Los trabajos fueron financiados en un 5 por ciento por el Ejecutivo regional y en un 85 por ciento a través de Fondos Feder. En total, según afirmael entonces alcalde de Tías, José Juan Cruz Saavedra, la inversión fue de "casi 15 millones de euros".

Entre otras actuaciones, además de reforzarse el dique, según recuerda Cruz Saavedra, se amplió el espejo de agua, se instalaron nuevos pantalanes "para dar mayor capacidad a la demanda que había de atraques de embarcaciones deportivas, se ordenaron las embarcaciones de los marineros (pesca artesanal), y se puso en marcha el puesto de primera venta de pescado, por parte de la Cofradía de Pescadores, que estaba allí construido".

El diseño del muelle, según Cruz Saavedra, se hizo a través de un estudio que encargó el Gobierno de Canarias y el informe técnico tenía que dar "garantías de seguridad" a los tiempos del sur. "Por eso se hizo la barrera. Claro que ahora tiene un mayor impacto visual, pero si no se le ponía la barrera no había técnico que certificara esa obra", asegura Cruz Saavedra.

Así, Cruz Saavedra cree que "la decisión era clara". "O renunciar al puerto y quedarte con el refugio que había ahí o hacerlo. Si se hacía, era con todas las consecuencias y era necesario que fuera así para protegerlo del tiempo del sur, aunque sólo se tenga una vez al año. Incluso, Cruz Saavedra recuerda cómo hace muchos años un temporal arrastró las piedras a la antigua plaza. "Todavía están las fotos en la Oficina de Puertos", apunta.

Sin embargo, el entonces alcalde del municipio reconoce que "a lo mejor se podría haber evitado un poco el impacto visual". "En la parte alta, podría ser, pero se necesitaría reforzar con piedra la escollera", señala. "Pero haría falta dinero. Si hay una partida para que se pueda hacer, igual se podría evitar tanta altura, pero en los tiempos que corren lo veo complicado", añade.

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