Sánchez Simón no dudó en afirmar que el puerto vive en estos momentos "una situación de bloqueo", que le impide a su máximo responsable realizar "cualquier nuevo planteamiento", y dejó claro que la causa de todo ello está motivada por "el ambiente político".
Sánchez Simón no consiguió la mayoría para que el consejo le devolviese las competencias para designar a los cargos de confianza del puerto que el anterior presidente, el socialista Emilio Mayoral, había devuelto al Consejo de Administración, después de 14 años sin esa potestad. Los votos negativos del empresario Félix Santiago (en representación de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), pese a que el pasado viernes la patronal le garantizó el apoyo, y del propio José Miguel Pintado, director del Puerto, decantaron la balanza contra las intenciones del actual presidente.
Sánchez Simón dijo no entender el voto de Santiago, tras asegurarse el viernes el apoyo empresarial a su intención, bajo el argumento de que es necesario para acabar con la deuda del Puerto, cercana a los 190 millones de euros. Ante esta decisión de Santiago, Sánchez Simón la ubicó más como una cuestión de "intereses personales", obviamente con el trasfondo político.
Para Sánchez Simón, hay dos soluciones para "desbloquear" el puerto: Pedir la dimisión de Pintado o cesarlo en un próximo pleno, para que alguien de su confianza permita conseguir la mayoría y cambiar de inmediato el reparto de puestos en el Consejo para las administraciones locales, que conforma el 24 por ciento del Consejo y en el que están representadas entidades como la Cámara de Comercio o las asociaciones empresariales.
En opinión de Sánchez Simón, hay que "redistribuir" ese porcentaje para que, por ejemplo, los empresarios portuarios tengan más peso o que permita incluir a las Cámara de Comercio de Fuerteventura o Lanzarote, que en el momento de aprobación del decreto, por el que se regula a los miembros y la jerarquía de la Autoridad Portuaria no estaban constituidas.
Sánchez aclaró que "es evidente" como en la redistribución del 24 por ciento del Consejo "unos tendrán que salir para que otros entren" y que él "pactará con los que entrarán, no con los que saldrán". El presidente no dudo en insistir que subirá hasta el Gobierno canario la modificación del decreto y aseguró que el vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria, "me respalda". La necesidad de una mayoría para el presidente es "crucial para la nueva etapa", sin embargo, "no ha sido de agrado la negativa a su propuesta".
Así, los votos de los representantes del Estado, junto al del director y al de Pintado impidieron una victoria que se daba por lograda la semana pasada. El presidente dijo haberse enterado del voto negativo de José Miguel Pintado por la mañana, aunque la semana pasada, recibió el mensaje de Puertos del Estado "que otros tomarían la decisión por la Institución".
Por ello, el presidente del Puerto dejó claro que hoy mismo pedirá la dimisión de Pintado, y si no lo hace, forzará una nueva votación en un próximo Consejo del Puerto al haber perdido la confianza en él. En caso de que ninguna de estas vías funcione, Sánchez Simón no descartó abandonar el cargo, al que dijo no tener "ningún apego".
"Tengo la confianza del Gobierno de Canarias, sólo me falta la del Consejo de la Autoridad Portuaria, si no la tengo, podría dimitir, aunque todavía no me lo he planteado", puntualizó Sánchez. En concreto, el presidente se ve como una víctima de algunas consignas políticas y aclaró como "ni soy el incendiario ni soy el bombero, yo soy el que me estoy quemando y si tengo que escoger prefiero que me ayuden los bomberos de mi casa", por eso desea el cambio de la composición del Consejo.
Desde la Autoridad Portuaria, Sánchez describió una situación que "no responde al consenso", que dice defender: "Las decisiones de este Puerto están fuera de esta Puerto. Sé que no sería la primera vez, pero no me gusta".
ACN Press