Sánchez es el unico profesor que sigue viviendo en La Destila

Resistiendo entre okupas

Sánchez es el unico profesor que sigue viviendo en el edificio de La Destila, sobre el que ya se ha iniciado un expediente de desahucio para el nuevo colegio

13 de noviembre de 2010 (00:27 CET)
Resistiendo entre okupas
Resistiendo entre okupas

Se construyeron como viviendas para ser habitadas por profesores, pero de esa realidad ya no queda apenas nada. Y es que, a excepción de un profesor que todavía sigue residiendo en ellas, las casas anexas al CEIP de Las Destila están ocupadas por personas que nada tienen que ver con la enseñanza. Ahora, el Ayuntamiento de Arrecife ha iniciado el expediente de desahucio de estas viviendas para proceder a su derribo y construir, sobre los mismos terrenos, un nuevo colegio.

Los apartamentos anexos al CEIP La Destila se construyeron hace más de 50 años como hogares destinados a los profesores, ya que la antigua ley así lo exigía. Sin embargo, los docentes fueron abandonando progresivamente estos hogares y los que pasaron a residir en ellos son okupas, cuyas caras han ido cambiando a lo largo del tiempo.El único docente que queda en ellas es Alfonso Sánchez, director del Centro de Adultos de Lanzarote.

Alfonso Sánchez, con sus 67 años de edad, llegó a estas viviendas en el año 89 y, desde entonces, ahí reside. Su casa, relata, nada tiene que ver con lo que encontró cuando llegó. "Esto estaba lleno de mierda. No había quien entrara aquí". Incluso, explica anecdóticamente, "busqué a dos gitanas para que lo limpiaran y no quisieron entrar. Me decían: Y luego dicen que los gitanos somos sucios". Sin embargo, a pesar de ello, Alfonso fue haciendo poco a poco de esta casa su hogar. "Tiré una habitación para hacer el baño más grande, hice la cocina, puse el suelo", explica.

Los vecinos de este profesor han ido cambiando en múltiples ocasiones, ya que las viviendas han sido ocupadas por distintas personas desde que los profesores las abandonaron. "Cada casa habrá cambiado de personas tres o cuatro veces, por lo menos", afirma Alfonso. Y es que, según explica, incluso los okupas se han ido "vendiendo" las viviendas unos a otros, a pesar de no ser suyas. Aún así, añade, "prefiero saber que vive gente ahí y que no van a romper las ventanas y a meterse cualquiera".

Casas okupadas

En la actualidad, de las 12 viviendas que se encuentran, cinco de ellas están ocupadas, contando con la del Alfonso. En algunas se puede encontrar la puerta semiabierta,como es el caso de una de ellas donde residen unos jóvenes, cuyo interior de la vivienda, por lo que se podía observar, se encontraba bastante destartalado. Allí, Eduardo, un joven de alrededor de unos 20 años de edad contó a La Voz que vivía allí con su hermana, desde hace "unas dos semanas", aunque Alfonso cree, por lo que ha podido ver, que al menos viven "cuatro o cinco jóvenes" en ella.

Eduardo explicó después que él había vivido ahí ya hace un año y medio o dos, porque una vecina le dio las llaves a su madre. "Después, nosotros nos marchamos a Las Palmas, porque nos enteramos de que iban a tirar esto, pero mi hermana se quedó aquí y como han tardado aquí seguimos", señala Eduardo Gómez, quien afirma que cuando les desahucien él se volverá "a Las Palmas", donde asegura que tiene "una vivienda", mientras su hermana "se cogerá un apartamento".

En el resto de viviendas ocupadas, en dos de ellas viven marroquíes, con los que apenas La Voz ha podido hablar, porque no saben castellano y, en la que resta, según explica Alfonso, reside una mujer que estaba casada con un Policía Local, que era hijo de un profesor. Otras dos están ocupadas por instalaciones del propio centro educativo, como son la Secretaría y el AMPA, mientras que el resto de casas están todas tapiadas, para que nadie pueda meterse en ellas. "La de aquí abajo, llamé yo mismo para que la cerrarán pero, hasta vacía, les daba miedo tapiarla", afirma Alfonso.

Todos los vecinos tendrán que abandonar estas viviendas, ya que el Ayuntamiento ya ha iniciado el expediente de desahucio y así se lo ha comunicado a los vecinos. Incluso, explica Alfonso, "les han cortado el agua", excepto a él y "a la mujer" que reside también en el edificio. "No son capaces de echarlos. Antes tenían agua y ahora no tienen y tampoco se van, aunque la otra mujer que vive ahí está igual de ilegal que ellos y no entiendo porque ella si tiene agua y los otros no".

Alfonso, como docente que es, es el único que tiene derecho a que le sea entregada una nueva vivienda por parte del Gobierno de Canarias, aunque asegura que a él no le han comunicado por el momento nada. "A mí nadie me ha explicado nada", señala. "Este es mi mundo y no van a romperlo porque ellos quieran. Y si quieren llegar a un acuerdo, que hablen conmigo primero. Si me buscan una casa igual, y por este sitio, aleluya, pero si no nada", añade.

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