Las bolsas de petróleo que Repsol empezaría a explorar, en caso de obtener finalmente en permiso del Ministerio de Industria, estarían más cerca de las costas de Fuerteventura que de Lanzarote, según trasladó a La Voz el director facultativo de Ripsa, Luis Gómez. El punto más cercano, según asegura, estaría "a 61 kilómetros de la costa" majorera.
En la campaña sísmica que la empresa realizó durante los años 2002-2003, antes de que el Tribunal Supremo suspendiera los permisos para la exploración en aguas canarias, se detectaron "siete estructuras susceptibles de contener hidrocarburos", según Gómez. Estas posibles bolsas de petróleo se ubican en las cuadrículas que van de la 2 a la 6, es decir, desde el centro de Fuerteventura hasta el sur de Lanzarote. De hecho, el área comprendida en la cuadrícula 6 llega desde Papagayo hasta Puerto del Carmen. Respecto al resto de cuadrículas que se sitúan en paralelo a la costa lanzaroteña, es decir, la 7, la 8 y la 9, aseguran que "prácticamente se descarta cualquier tipo de prospección".
De las siete estructuras que se encontraron y a las que Repsol ha bautizado con nombres de frutas, la más "interesante" se ubica en la cuadrícula 2 y recibe el nombre de "Sandía". "Es la estructura más grande que se ha detectado", señaló Gómez. Y es aquí donde la empresa podría realizar el primer sondeo. "Lo que se busca es una estructura que tenga un tamaño interesante para que lo que pueda haber contenido sea rentable. Habrá más estructuras, pero si son pequeñas no vale la pena perforar, porque cuesta más", añadió el directivo de Ripsa. Cada sondeo, según Luis Gómez, cuesta "unos 100 millones de euros". Además, si un sondeo sale "negativo", el proyecto "puede suspenderse".
Hasta 2.200 millones de barriles
Por el momento, no se sabe qué cantidad de crudo puede encontrarse en las bolsas, y ni siquiera si se encontrará en cantidades que resulten "comercialmente interesantes" "Tiene que ser bastante grande, porque las inversiones que se requieren son enormes, por lo que tiene que superar éstas y los gastos operativos. Puede haber petróleo, pero que no sea rentable", apuntó Gómez, quien dijo que también "puede ser que haya gas o las dos cosas". En el tema del gas, si es lo que hay en mayoría y en cantidades interesantes, habrá que tirar un gaseoducto submarino y llevarlo a una isla, pero yo creo que más abunda el petróleo, pero puede haber gas", señaló.
Eso sí, si lo que se encontrase fuera petróleo y resultase que las bolsas estuvieran totalmente llenas, la compañía estima que podrían producirse unos "2.200 millones de barriles", en el mejor de los casos. No obstante, esas bolsas también pueden estar "vacías" o parcialmente llenas. En cuanto al posible tiempo de explotación, sostienen que es imposible determinarlo por ahora, aunque barajan un periodo de unos 20 años.
Los sondeos se realizarán a través de una embarcación durante "dos o tres meses" aunque, según asegura Gómez, en caso de que se encuentre una cantidad interesante de petróleo y se decida y consiga el permiso para explotar, la actividad de producción seguramente también se realizaría mediante barcos y no a través de plataformas, debido "a la profundidad". En concreto, se perforaría a unos 900 metros de profundidad, según Repsol. La empresa asegura que cuenta "con la tecnología y el personal adecuado para ello".
"Repsol está especializada en exploración y producción en aguas profundas e incluso ultraprofundas", aseguró Gómez, quien explicó que en Brasil se trabaja en 3.000, 4.000 y 5.000 metros de profundidad. "Y allí no ha habido ningún incidente", recalcó el directivo de Ripsa.
Impacto ambiental
Eso sí, desde que la empresa consiga la autorización para ello hasta que se pueda iniciar la exploración podrían pasar "de dos a tres años como mínimo". Y es que, según precisa Gómez, una vez que se consiga el permiso, habría que realizar el estudio de impacto ambiental. "El permiso de investigación te da permiso para investigar, pero cualquier trabajo que hagas después para esa investigación tiene que ir explicado y acompañado del estudio de impacto ambiental que corresponde a ese trabajo. Y esto en España es un proceso largo", apunta Gómez, quien afirma que debería durar "un año y medio", pero que puede "hasta cinco". "Como mínimo, pasaría de dos a tres años".
En respuesta a las críticas que se han planteado por la falta de un estudio previo de impacto ambiental, Repsol sostiene que "no tiene sentido" realizarlo antes de hacer cualquier estudio. "Antes no se sabe si se van a hacer sondeos, por lo que es muy difícil que diga qué impacto ambiental va a tener un sondeo si no sé si lo voy a hacer", señala el directivo de Ripsa.