Pese a que apenas llovió, los desperfectos por el temporal que ha azotado a Lanzarote son muy numerosos. Muchos de ellos se centran en Arrecife, una ciudad en la que se han inundado garajes, tiendas y portales de viviendas. Pero los problemas no han quedado aquí. Bomberos y Policía Local han tenido que precintar varios edificios, después de que varios cascotes cayeran del tejado.
Trozos de tejado de un inmueble abandonado, ubicado en pleno centro, entre la calle Hermanos Zerolo y la calle Franco, cayeron al suelo este miércoles y, por suerte, no hirieron a ningún viandante. Vecinos y comerciantes de la zona mostraban su indignación y su preocupación ante este inminente peligro.
"Una señora entró a la tienda a avisarnos de que casi le caen unos cascotes encima. Avisamos a la Policía Local que pasaba por la zona y ellos ya precintaron el edificio. Si le llega a caer a la mujer encima?", rememoraban Elena y Begoña, desde un comercio situado justo en frente.
Este edificio, que ni siquiera tiene techo, fue vallado este miércoles por la mañana para que nadie pudiera caminar por su acera. Partes del techo seguían este mediodía todavía en el suelo. "Esa casa está para tirarla, es un peligro que la tengan así. Con el temporal, además, el problema va a más", indicaba Sole, que trabaja en otra tienda de la zona.
Por su parte, el dueño de otra zapatería de la calle se mostraba absolutamente indignado y aseguraba que "es una vergüenza tener eso así". "No sé si esperan a que se mate alguien", señalaba. "Ésta es la imagen que damos a los turistas, que incluso se paran a hacer fotos".
Además, los bomberos también tuvieron que precintar un edificio de la calle Riego. "Se cayeron piedras muy grandes del techo y vinieron a mirar si todo estaba bien", indicaba Jaled, el aparcacoches de la zona.
Cortocircuito en un bar
Los efectos del temporal también se han dejado notar este miércoles. Así, el bar Tintán, ubicado en la calle García Escámez número 72, ha sufrido un cortocircuito sobre las 8.15 horas. Su dueño, Juan José Gutiérrez, ha logrado apagar las llamas del cuadro eléctrico, situado fuera del bar. "Si esto llega a ocurrir de noche, me lo encuentro todo quemado", indicaba desde el otro lado de la barra.
"Empezaron a salir chispas, estampidos y taponazos. Salí y me encontré el cuadro en llamas. Nos jugamos el cuello, porque apagamos el fuego nosotros mismos con los extintores. Supongo que habrá sido el agua pero, desde luego, con lo poco que ha caído, que pase esto no es normal", aseguraba.
Cuando llegaron los bomberos hasta este bar, las llamas ya estaban extinguidas. "Menos mal que estaba yo aquí, si no el bar se me quema", señalaba, al tiempo que criticaba la tardanza de los técnicos de Unelco. "Si no llego a llamar yo a la policía y al 112, hasta que ellos hacen el parte, se me quema el local", lamentaba.