Las fuertes rachas de viento y el oleaje han provocado muchos problemas tanto en el aeropuerto de Guacimeta como en el puerto de Los Mármoles. El temporal ha afectado en gran medida al tráfico aéreo y también al marítimo. En concreto, un total de once aviones que tenían que llegar a Lanzarote han aterrizado en Fuerteventura. Además, tres ferrys no han podido atracar en Los Mármoles a causa de la agitación del mar en la bahía.
En Guacimeta siguen entrando y saliendo aviones, pero once de los que tenían que aterrizar en Lanzarote han sido enviados a Fuerteventura, según ha informado el gabinete de prensa de Aena. Estos vuelos procedían de la península y de países extranjeros.
"Dependiendo de las características de los aviones, algunos han sido desviados", explican desde Aena, que aclara que esta decisión depende del propio piloto. Así, mientras unos vuelos no están entrando, la compañía Binter, por ejemplo, sigue operando con normalidad.
En cuanto a los aviones desviados, según Aena, lo más lógico es que las compañías aéreas traten de reubicar a los pasajeros en otros vuelos cuando se abra el tráfico aéreo para que puedan llegar a Lanzarote. No obstante, agrega que estas empresas no tienen por qué hacerse cargo de los viajeros, ya que los desvíos de los aviones se están produciendo por la adversa meteorología, es decir, "por algo ajeno a las compañías".
Sin poder atracar
Por otra parte, el fuerte oleaje y las rachas de viento han impedido el atraque de tres ferrys en el Puerto de Los Mármoles. Los buques Faycan, Transmediterránea y el de la compañía Naviera Armas no han podido entrar en la instalación portuaria, por el peligro que entrañaba "la agitación del mar dentro de la bahía". Según explicaban desde el puerto, "la maniobra de atraque no era segura".
Así lo ha informado el gabinete de prensa de la Autoridad Portuaria, desde donde han asegurado que el ferry de Transmediterránea, que llegaba procedente de Cádiz, ha tenido que dar "vueltas" esta mañana en la costa lanzaroteña. Por su parte, el ferry de Armas, que venía de Gran Canaria, fue enviado por la mañana a Puerto del Rosario, en Fuerteventura. Desde allí, los pasajeros irían en guagua a Corralejo, para coger otro ferry que les llevará a Playa Blanca, para posteriormente traerles a Arrecife.
Los desvíos de barcos son algo habitual cada vez que se registra viento del sur, ya que por la orientación del muelle y la falta de abrigo, las embarcaciones tienen dificultades para atracar porque se ven empujados hacia el espigón.
Tranquilidad por tierra
Por su parte, el Consorcio de Seguridad y Emergencias de Lanzarote tan sólo ha tenido que efectuar un servicio hasta las 16.30 horas, por el inminente peligro que suponía la caída de unas vallas en la LZ-2, a su paso por Arrecife.
Solucionado este hecho, desde este servicio mantienen la alerta y ya han movilizado a todo el personal para que estén atentos durante las próximas horas. De momento, sin embargo, "no ha pasado nada", según indica el encargado, Esteban García.
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