Fueron muchos los que se acercaron a despedir a José Saramago. Fueron muchos los que le dieron su último adiós y acudieron a su capilla ardiente. Pero también hubo destacadas ausencias como, por ejemplo, la del presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, que tampoco se desplazó a Portugal. A Tías sí que acudieron la consejera de Bienestar Social, Inés Rojas, y la de Cultura, Milagros Luis Brito.
No obstante, esto no le bastó al presidente de la Fundación César Manrique, José Juan Ramírez, que fue duro con la actitud del Ejecutivo canario. "Sentí tristeza por la actitud del Gobierno de Canarias ante la muerte de José Saramago. Entiendo sinceramente que esto se debió gestionar de otra manera. José llevó el nombre de Canarias por todo el mundo, y el de Lanzarote en particular. Debían de haber actuado de otra manera. Se equivocaron", indicó, al tiempo que señaló que "este trato se deberá de enmendar".
También el secretario general del PSOE criticó duramente la ausencia de Paulino Rivero. "Me parece una muestra brutal de mezquindad, han dado señales claras de que no han estado a la altura de las circunstancias. El presidente del menos talento y más cemento, nos han dicho a todos los canarios que dentro de los talentos no esta ni un Premio Nobel de Literatura", lamentó.
Por su parte, el alcalde de Haría, José Torres Stinga, criticó a los políticos insulares y aseguró "que no estuvieron a la altura". A este acto, del grupo de gobierno del Cabildo sólo acudió su presidente, Pedro San Ginés. Así, fueron notables las ausencias de los miembros de dos partidos, del PNL y del PIL.
"No es justificable que no acudiera la gente que vive en Lanzarote, que sólo tenía que hacer un esfuerzo y estar presente en la capilla ardiente. La clase política no estuvo a la altura de las circunstancias. La presencia insular debió ser permanente y la representación del Cabildo debió estar presente", subrayó Torres Stinga. Por otra parte, el alcalde de Tías, José Juan Cruz, insistió en que "Lanzarote debe estar agradecida de haber tenido la suerte de que hace aproximadamente 20 años José Saramago eligiera la isla como su lugar de referencia".
Otra ausencia notable, en esta ocasión en Portugal, fue la del presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero. En su lugar, se desplazaron la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega y la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde.
