El Ayuntamiento de Teguise ha aprobado el nombramiento como “Hija Predilecta” del municipio de Margarita Páez Guadalupe, conocida popularmente por Margarona, que fuera alcaldesa pedánea de La Graciosa desde finales de los años 70 y, posteriormente, concejala delegada de la Octava Isla.
Esta distinción, que se recoge en el Reglamento de Honores y Distinciones del Consistorio, ha sido aprobada este lunes en el pleno del Ayuntamiento de Teguise; y se suma a la calle que se le dedicó en Caleta de Sebo.
“Éste es un reconocimiento a un gran mujer que con su fortaleza y carisma supo impulsar a nuestra pequeña octava isla acabando con su aislamiento y dotándola de los servicios que en aquellos momentos no tenía su pueblo y que eran muy necesarios para la vida cotidiana”, ha señalado el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort.
La actual concejala delegada de La Graciosa, Alicia Páez, dedicó unas palabras de reconocimiento a Margarona: “Desde joven empezó a cambiar los protocolos sociales, sin dejar de lado sus responsabilidades familiares, y ofreció su trabajo al pueblo sin dudar en incorporarse a los primeros movimiento políticos democráticos de la isla”.
Biografía de Margarona Páez
Margarita Páez Guadalupe nació en La Graciosa en 1946. Fue encargada de la pedanía de la isla de La Graciosa por la Alcaldía de Teguise entre 1979 y 1987, y fue concejala delegada de isla hasta 2007.
Ha realizado una labor política y social que le ha aportado diversos reconocimientos como el Premio “Distinguida del Turismo 1998”, otorgado por el Cabildo de Lanzarote; Premio del “Programa Now Juntas” 1999, otorgado por el Instituto Canario de la Mujer (ICM), en la modalidad de “empresarias”; fue galardonada en el I Premios Titeroygakat 2002, otorgado por la Asociación de Vecinos Titeroygakat; y también obtuvo el nombramiento de Mujer Canaria 2012, entregado por la Junta Directiva de El Orfeón La Paz (La Laguna, Tenerife), entre otras distinciones.
Desde el Ayuntamiento recuerdan que la mujer de La Graciosa, que por aquel entonces tenía un papel relevante en la estructura familiar, no solo se encargaban del cuidado de sus hijos y familiares, sino que además, debido a las carencias de la isla, tenían que subir al norte de Lanzarote a buscar el sustento intercambiando productos, cargar a los muertos para darle sepultura o buscar leña para hacer la comida. "Todo eso siempre pendiente del mar, donde se hallaban sus maridos, padres y hermanos", añaden.