"Unas 180 personas en los mejores momentos de la marcha". Éste es el balance que realiza Roberto González, uno de los organizadores de la manifestación llevada a cabo el pasado viernes por jóvenes de Lanzarote para protestar por el "descalabro medioambiental, cultural y económico" de la isla. Pese a que, según González, el acto "pudo haber sido mucho mejor si hubiesen asistido más personas", el grupo organizador se muestra "contento" con la participación en la marcha.
La manifestación partió el viernes a las 20.00 horas del Gran hotelde Arrecife. Bajo el lema "Sentimos Lanzarote. ¿Esto es Lanzarote?", en una pancarta llena de edificios y de hormigón, los jóvenes se dirigieron al Cabildo para hacer llegar sus protestas a los dirigentes políticos.
La manifestación pretendía trasladar a los ciudadanos la preocupación de los jóvenes por los derroteros a los que se ha visto abocada Lanzarote, especialmente tras la Operación "Unión". "Algo hemos conseguido", afirma González. Según este colectivo, que todavía no tiene nombre, es "imprescindible" que el pueblo trabaje de forma "cohesionada y decidida" para buscar un objetivo común y para que las administraciones públicas tomen las decisiones pertinentes para sacar a Lanzarote de esta crisis.
González, sin embargo, cree que la ciudadanía debería implicarse en mayor medida en este tipo de protestas para "salvaguardar la singularidad de esta isla". "La gente pasa de casi todas las iniciativas que se toman. Es uno de los problemas que hay en esta isla. De todas formas, para ser una manifestación organizada por jóvenes estudiantes, que no cuentan con grandes presupuestos, considero que estuvo bastante bien", justifica.
Este colectivo iba a sumarse al grupo "Paralelo 29", que también está formado por jóvenes que piden un cambio para la isla. Sin embargo, finalmente ambos colectivos trabajarán por separado al no llegar a un entendimiento común. "Una vez que vimos las ideas que tenían no nos acabó de convencer", afirma González, quien considera que "Paralelo 29" iba "demasiado deprisa con sus reivindicaciones".
"Ellos querían acabar con todos los políticos de la isla de raíz y, eso, nos parece ir demasiado deprisa", indica González.