Los Juzgados de Arrecife tendrán que dictaminar sobre la capacidad de Iván López Benjumea, un joven discapacitado que llegó solo a Lanzarote y que ahora llevaba "un par de semanas" viviendo en La Graciosa con ayuda de los vecinos.
Así lo ha determinado el Juzgado de Primera Instancia número 15 de Las Palmas de Gran Canaria, a raíz de una demanda que interpuso la Dirección General de Protección del Menor y de la Familia, cuando Iván todavía vivía en Gran Canaria, en la que solicitaba que se valorase la capacidad del joven. En el auto, emitido este lunes, se señala que "el lugar de residencia de la persona demandada determina la competencia territorial" y que, por tanto, "el ejercicio de la tutela será más efectivo bajo el control del Juzgado de residencia del incapacitado".
Así, tenido conocimiento que Iván "se encuentra en la isla de Lanzarote", el Juzgado de Primera Instancia número 15 de Las Palmas de Gran Canaria determina "la remisión de las presentes actuaciones a los Juzgados de Arrecife de Lanzarote, por ser los territorialmente competentes".
En cualquier caso, el consejero de Bienestar Social del Cabildo de Lanzarote, Marci Acuña, afirma que los Juzgados de Arrecife ya se encuentran desde hace unos días valorando, a través de un médico forense, la capacidad de Iván para determinar si es necesario ingresarle en un centro, después de que el joven fuera detenido por la Guardia Civil y se conociera su historia.
De hecho, según ha añadido Acuña, el joven ha comparecido en la mañana de este lunes en los Juzgados de Arrecife. "El chico no quiere entrar en ningún centro y es complicado, porque para que un juez determine que no está capacitado debe ser claro y evidente que es una amenaza para los demás y no es el caso", ha explicado el consejero.
La historia de Iván
Ivan López llevaba "un par de semanas" deambulando por La Graciosa y viviendo gracias "a la ayuda de los gracioseros", según explica el consejero de Bienestar Social, Marci Acuña.
El joven, nacido en Gran Canaria, tiene un 40 por ciento de discapacidad psíquica y sufre problemas de epilepsia. Pasó gran parte de su vida en Centro de Menores pero, al cumplir los 18 años el pasado mes de mayo, fue puesto en la calle e inició un periplo por Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote, hasta detenerse en La Graciosa.
Allí, los gracioseros se volcaron con él hasta que la Guardia Civil lo detuvo para comparecer "por un pequeño hurto" y su drama saltó a los medios de comunicación.
