Una medida "radical", "insuficiente" y de "doble moral". Las asociaciones canarias que luchan contra la violencia de género no han recibido muy entusiasmadas la medida francesa que propone dar a elegir a los agresores sexuales entre castración química o cadena perpetua. Estos colectivos piden medidas más integrales que contemplen la prevención y que hagan cumplir las penas para "acabar con la impunidad" que percibe el delincuente.
La base de esta crítica radica en la voluntad de estas asociaciones de luchar contra cualquier tipo de agresión a la integridad personal, como supone la violencia de género o la pederastia, por lo que condenan que se aplique la misma medicina contra los agresores.
Así opina Encarna García, secretaria de la mujer de Intersindical Canaria, que aglutina a su vez a varias asociaciones contra la violencia de género de Gran Canaria: "Estamos contra cualquier tipo de agresión a la integridad personal, por eso luchamos contra la violencia hacia las mujeres, y eso nos hace estar en contra de medidas como ésta".
En declaraciones a ACN Press, García compara la violencia de género con el "terrorismo", por lo que en su opinión se debería aplicar las leyes antiterroristas de cada Estado para luchar contra esta lacra social, lo que implicaría un endurecimiento de las penas, algo que comparte el Foro contra la Violencia de Género.
Este colectivo cree que la medida francesa es "bastante radical" y que no plantea una solución integral, sino que considera sólo el componente sexual, biológico u hormonal de las agresiones sexuales olvidando que tras este tipo de delitos subyace una serie motivaciones más complejas.
Así lo afirmó Montse Delgado, portavoz del Foro, quien no obstante deja claro que son afirmaciones personales ya que el colectivo como tal no se ha pronunciado sobre la medida francesa.
En este sentido, Delgado afirma que la posición del Foro contra la Violencia de Género ha sido siempre la de endurecer las penas contra los agresores sexuales pero, más importante aún, que se cumplan. "Parece que el agresor percibe una especie de impunidad en cuanto al cumplimiento de las penas, las leyes ya están, lo que hay que hacer es que se cumplan", comenta.
DOBLE MORAL
Por otro lado, Encarna García cree que esta medida se basa en una "doble moral", ya que recuerda que otra de las medidas del presidente francés, Nicolas Sarkozy ha sido la expulsión de unos 250.000 inmigrantes que se encuentran de manera irregular en Francia, entre las que se encuentran muchas mujeres que han pedido asilo y cuya vuelta a sus países de origen podría suponer incluso su muerte.
ACN Press
